A la hora de efectuar la limpieza, las manchas más difíciles de quitar de la ropa son sin dudas las de aceite y esto tiene que ver con que se trata de una suciedad que ni bien entra en contacto con la prenda penetra las fibras y se adhiere a ellas.
Sin embargo, es en ese momento donde los trucos de limpieza cobran un rol protagónico y confirman que ninguna mancha, ni siquiera la de aceite, es imposible de eliminar gracias a la efectividad de algunos productos que todos tenemos en casa.
Entonces, dicho esto, en esta nota de hoy te contamos un valioso truco de limpieza para que puedas dejar relucientes aquellas prendas que quedaron percudidas por causa del aceite y que creías que nunca más ibas a poder lucir.
Lo mejor de este procedimiento es que podrás realizarlo en casa en cuestión de minutos y empleando unos cuantos ingredientes que tienes al alcance de tus manos, como ser: detergente, talco, bicarbonato de sodio y limón.
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Ten en cuenta que para realizar este truco también vas a precisar de un cepillo de dientes en desuso y un secador del cabello, ya que ambos son elementales durante el proceso en miras de liberar tu roja de estas indeseables manchas amarillas.
El procedimiento:
Para comprobar la efectividad de este útil truco de limpieza, lo primero que debemos hacer es aplicar el calor del secador de pelo sobre la mancha por algunos segundos.
Luego, vamos a colocar una cucharadita de talco sobre la misma y presionamos el polvo con una cuchara de forma circular, de manera que cubra por completo toda la zona percudida por el aceite.
Posteriormente, retiras el talco sobrante sacudiendo la prenda y aplicas el detergente con las yemas de los dedos efectuando movimientos circulares sobre la mancha.
En el siguiente paso debemos agregar una cucharada colmada de bicarbonato sobre la suciedad y lo esparcimos perfectamente, tal como lo hicimos con el talco.
Por último, partimos el limón a la mitad y con la parte interna comenzamos a frotar sobre toda la zona donde aplicamos los ingredientes anteriores a donde se podrá apreciar una leve reacción química. Es allí cuando el cepillo de dientes entra en acción.
Finalmente, completamos el proceso lavando la prenda de manera habitual, ya sea en lavadora o a mano, la secamos y cuando la ropa esté completamente seca notaremos como la mancha de aceite habrá desaparecido por completo.
De esta manera, tras comprobar la efectividad de este sencillo truco de limpieza, ten por seguro que de ahora en más ninguna mancha será imposible de remover, ya que incluso podrás devolverle su aspecto y color original.