Los grisines, esos crujientes palitos de origen italiano, han conquistado paladares desde 1679. Su fama ha trascendido fronteras, y hoy, con un sinfín de variantes, desde sabores únicos hasta toques de especias exóticas, su receta se ha reinventado para seguir deleitándonos.
Si lo tuyo es lo salado, estos grisines de cebolla y queso te robarán el corazón. Son perfectos para cualquier ocasión: como protagonistas de una picada, acompañando tus salsas favoritas o simplemente para disfrutarlos solos. ¿Listo para el desafío? Aquí te dejo la receta que cautivará a todos.
Ingredientes
- 150 gr de harina de avena
- 80 gr de queso rallado al gusto
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- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 2 tallos de cebollita de verdeo
- Agua cantidad necesaria
Modo de Preparación
1. Comienza la receta picando finamente los tallos de cebollita de verdeo y saltéalos hasta que estén fragantes.
2. En un bowl, combina la harina de avena con el queso rallado, el aceite de oliva y la cebolla de verdeo ya dorada. Mezcla con entusiasmo hasta que los ingredientes se unan en una sinfonía de sabores.
3. Añade agua poco a poco, lo justo para formar una masa manejable. Amasa con amor hasta que todos los elementos se integren perfectamente.
4. Extiende la masa sobre una bandeja de horno, dale un grosor fino, corta en tiras y hornea a 180°C durante 10 a 15 minutos. El tiempo de la receta variará según el grosor, pero busca ese dorado tentador que nos indica que están listos.
5. Retira del horno y prepárate para un momento de pura felicidad al probarlos.
Como ves, esta receta es sencilla y tremendamente adaptable. Puedes experimentar con diferentes tipos de harina, como integral, de centeno o la clásica 0000. Si prefieres, cambia la cebolla de verdeo por cebolla morada o blanca, o elimínala y opta por hierbas como orégano, tomillo o provenzal. ¡Las posibilidades son infinitas!