El campo de la tecnolog??a sigue mostrando novedosos avances y en esta ocasión, nos presenta a Abel, un robot humanoide con la capacidad de interpretar las emociones humanas.
Abel fue diseñado por los investigadores de la Universidad de Pisa, en Italia constituyendo un gran avance en la tecnología con este robot que puede llegar ser de gran utilidad en el futuro.
Además de sus increíbles facciones humanas que lo semejan a un niño de 12 años, este robot tiene la capacidad de reaccionar a las emociones humanas abriendo un amplio panorama para su utilización.
En un contexto social, Abel esta programado para poder relacionarse e interactuar con aquellas personas que padecen de autismo, alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas.
Te podría interesar
La interpretación a través de sus músculos faciales, permiten a este robot una mayor comprensión los procesos cognitivos y emocionales humanos, sobretodo en aquellas personas que poseen inconvenientes para comprender o expresarse.
Estas características propias de Abel lo convierten en el primer robot que combina los avances en el campo de la tecnología con las emociones humanas con el fin de poder interactuar con las personas utilizando componentes de última generación.
Las calves de Abel, el robot humanoide
Abel está diseñado con 42 servomotores y un sistema de percepción visual social, que le permite adentrarse en el reconocimiento de las expresiones faciales. Además, el robot está equipado con brazos, torso y manos.
El dato más curioso que nos deja la tecnología es que este robot también posee la capacidad de mejorar continuamente sus habilidades empáticas, algo que será de gran ayuda para la interacción con las personas.
Para ello, se vale de un algoritmo de IA, Emotion (desarrollado por Emotiva) el cual le permite decodificar las facciones humanas el cual es 60% más preciso que los que se utilizan en el mundo de la robótica.
La técnica que implementa Abel, el robot humanoide, se basa en la lectura de parámetros en los cambios térmicos del rostro los cuales únicamente son visibles en infrarrojo o a la frecuencia de los latidos del corazón, marcando una revolución en el campo de la tecnología.