La receta de hoy es dedicada especialmente a aquellos que están queriendo dejar de comer queso, ya sea porque elijan una dieta vegana o porque no pueden consumir lácteos. Te aseguramos que esta preparación va a revolucionar tu experiencia gastronómica.
El veganismo promueve la exclusión de productos de origen animal de nuestra dieta. Hay quienes lo consideran una filosofía y un estilo de vida que está en constante crecimiento. No solo se trata de una elección ética, sino también de un camino hacia una alimentación más equilibrada y sostenible. En esta receta buscamos compartir esos valores, por eso queremos que prepares este delicioso queso de garbanzos.
El garbanzo, es una leguminosa con una gran versatilidad culinaria, es reconocido por sus propiedades nutricionales excepcionales. Abundante en proteínas, fibras, vitaminas y minerales, este humilde ingrediente no puede faltar en la cocina de cualquier persona que busque opciones alimenticias sustentables y saludables.
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Ingredientes
- 1 taza de garbanzos hidratados
- 2 tazas de agua
- 1 cucharaditas de pimentón o paprika ahumada
- 2 cucharaditas de sal
- 2 cucharada de aceite de oliva
- 1/4 de cebolla
- 1 diente de ajo
Modo de preparación
Antes de preparar el queso, tienes que hidratar lo garbanzos en abundante agua por 12 horas. Después de ese tiempo toma una taza de garbanzos, escúrrelos y enjuágalos muy bien.
El siguiente paso es poner los garbanzos en una licuadora o procesadora de alimento junto con la media cebolla troceada el ajo y dos tazas de agua.
También tienes que añadir sal, un poco de paprika o pimentón para añadir sabor y color y aceite de oliva o cualquier aceite vegetal.
A continuación, licua todos los ingredientes por 1 minutos y medio aproximadamente. Debe quedar una preparación liquida y homogénea.
Vierte la mezcla en una cacerola y cocina a fuego medio, sin dejar de mezclar, hasta que espese. Aproximadamente demora 5 minutos.
Cuando la preparación haya hervido y espesado, viértela en un molde previamente engrasado, déjala enfriar y cuando este a temperatura ambiente pásala a la heladera por una hora.
Después de una hora d refrigeración, el queso ya estará listo para ser desmoldado y disfrutarlo.
Esta es una receta perfecta para comer en cualquier momento del día, en el desayuno, en la picada o cuando quieras.