El riego es un cuidado indispensable para el correcto desarrollo de las plantas, motivo por el cual debes emplear todas las sugerencias de los expertos para lograr que las especies de tu jardín se mantengan siempre hidratadas.
Entonces, si vas a salir de vacaciones y pretendes que tus plantas se conserven en buen estado durante tu ausencia, te enseñamos a realizar un sistema de riego por goteo simplemente utilizando botellas plásticas y unos pocos materiales.
Este método es muy empleado en la jardinería ya que permite ahorrar entre un 40 y un 60% de agua en comparación con otros sistemas de riego, siendo igual de efectivo para mantener la calidad del cultivo.
Siendo así, lo primero que debes hacer para transformar estos materiales reciclables en un económico sistema de riego gota a gota, es cortar un pedazo de cuerda que sea un poco más larga que la altura de la botella.
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Luego, en la parte superior de la botella vas a realizar una perforación, para que puedas introducir allí la cuerda. Recuerda realizar un nudo en el extremo que caerá al fondo del recipiente plástico.
Posteriormente, vas a necesitar un pedazo de alambre, el cual vas a sujetar desde uno de sus extremos al pico de la botella, mientras que el otro servirá de soporte conductor para guiar la cuerda hacia el centro de la planta que quieres regar con esta técnica.
Por último, vas a llenar la botella con agua hasta poco antes de la perforación y una vez que la cuerda esté completamente humedecida comenzará a arrojar unas gruesas gotas de agua que serán de gran utilidad para que el sustrato de tus especies del jardín esté bien húmedo.
Ventajas del riego por goteo
Este método de riego es muy útil para aprovechar al máximo el agua, pero también resulta muy beneficioso para impedir la proliferación de plagas y hongos en los cultivos que elegimos sembrar en casa.
Al mismo tiempo, es quizás el método de riego perfecto para los principiantes de la jardinería, ya que solo deben cargar la botella con agua y dejar que el método funcione por sí solo, sin necesidad de dedicarle demasiado tiempo al mantenimiento de las plantas. Mejor imposible.