La planta Myosotis Sylvatica, también conocida como “nomeolvides” es sumamente cautivadora desde su primera impresión. Está englobada dentro de los arbustos perennes de duración corta y es originaria de Europa. Se distingue por sus tallos pelosos y hojas basales, de pequeño tamaño, con una particular tonalidad azul intensa.
Esta especie tiene un diámetro de 1 centímetro aproximadamente y cuenta con cinco pétalos azulados, y en ocasiones puede ser rosado o morado. Además de su belleza, la popularidad emergente de la planta se explica gracias a sus sencillos cuidados para que crezca y se desarrolle radiante en el jardín.
Guía de cuidados
Lo primero a tener en consideración es que debe plantarse durante los inicios de la primavera, en dicho período de tiempo habrá mayor probabilidad de que germine y crezca de forma correcta. Demandan ambientes muy iluminados, por lo que el jardín o balcón es el sitio ideal para ubicarlas.
Con respecto a los riegos, en los meses cálidos necesitan una mayor frecuencia de agua, siempre mantenido el sustrato húmedo, una aplicación cada dos días es lo recomendable. Mientras que en invierno, o climas fríos, uno o dos riegos por semana.
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Para que la planta crezca en óptimas condiciones y se realce el color azulado de sus flores, necesitará de un suelo rico en nutrientes, además de brindarle un buen drenaje para evitar encharcamientos. La mezcla más recomendable está compuesta de la siguiente forma: fibra de coco, turba y humos de lombriz, las tres en partes iguales.
La historia detrás de esta planta
El nombre “Nomeolvides” esconde una historia de dos alemanes enamorados. La leyenda cuenta que la dama vislumbró esta planta en el Danubio y le pidió a su pretendiente que la busque para ella. La desgracia ocurrió luego de que el hombre llegue efectivamente a la flor, pero se ahogue de regreso a la orilla. En la desesperación del momento, las últimas palabras del alemán habrían sido “no me olvides”.
Una belleza incomparable, simples cuidados para favorecer a su crecimiento y una antigua leyenda se esconden detrás de la Myosotis Sylvatica, una de las plantas más buscadas para decorar los jardines de los hogares y disfrutar de su radiante tonalidad.