Todos sabemos que el pan recién horneado tiene un sabor y aroma únicos, capaces de transportarnos a momentos especiales. Sin embargo, a veces nos vemos desanimados por la idea de tener que amasar la masa durante largo rato, ya sea por falta de tiempo o simplemente porque no somos grandes fanáticos de la técnica. Pero no te preocupes, porque esta receta esta dedicada para aquellos que buscan una opción sencilla, pero igualmente gratificante.
La clave de esta receta está en la paciencia y el amor que le pongas. Aunque no necesitarás amasar, deberás darle tiempo a la masa para que fermente adecuadamente y logre la textura y sabor perfectos. No tendrás que estar constantemente pendiente de ella, solo necesitarás mezclar los ingredientes, dejar que la masa repose y luego hornearla.
Esta receta está hecha para que todos puedan disfrutarla, sin importar su nivel de experiencia en la cocina. Si eres un principiante en el arte de hacer pan con nuestra guía detallada paso a paso y un poco de paciencia, lograrás un resultado exitoso y te sentirás como todo un experto.
Ingredientes
- 600 gr de harina blanca
- 230 gr de agua
- 10 gr de sal fina
- 2 gr de levadura seca o 7 gr de levadura fresca
Modo de preparación
Esta receta es tan sencilla que no necesitas ningún elemento para amasar. Simplemente coloca la harina, la levadura y la sal en un bowl y agrega 230 gr de agua.
Te podría interesar
Con tu mano comienza a incorporar el agua con los demas ingredientes hasta que no veas restos de harina. No es necesario amasar, solo integrar todo hasta que quede homogéneo.
El siguiente paso es tapar el bowl donde esta la masa y dejarla reposar por 2 horas para que leude.
Una vez que descanso el tiempo suficiente, humedece tus manos con agua y realiza entre 12 o 14 plegados desde exterior hacia el centro de la masa por todos los lados. Al principio la masa estará muy blanda, pero a medida que realizas los pliegues vez que tomar más consistencia.
Después de realizar los pliegues, tapa nuevamente el bowl y deja reposar la masa por 6 horas. Si, es mucho tiempo, pero vale la pena la espera.
A continuación, espolvorea una mesada con harina, dale la vuelta al bowl y deja que caiga la masa.
Encima de la masa espolvorea otro poco de harina y luego desgasifica ligeramente con la yema de los dedos.
Ahora debes hacer unos pliegues toda la vuelta, desde el exterior hacia el centro de la masa.
Si tu molde es redondo puedes darle la vuelta y ya esta listo, pero si es alargado, debes doblarlo desde uno de los lados para darle la forma y luego, con el pliegue hacia abajo, colocar la masa en el molde. Si es necesario puedes espolvorear tu molde con un poco de harina para que la masa no se pegue.
Ya llegando al final de la receta, debes dejar leudar la masa una vez más por 45 minutos, pero esta vez en la heladera. Mientras enciende el horno y ponlo a 230°C para que comience a calentarse.
Antes de hornear, realiza un corte en diagonal en la parte de arriba del pan y cocina hasta que este dorado.
Una de las claves para una buena cocción de este pan es el vapor. Si no tienes no horno profesional, el vapor puedes generarlo colocando un molde con piedras volcánicas en el horno en el mismo momento que lo prendes. Cuando ya este caliente y ya hayas puesto el pan, le añades un pequeño vasito de agua sobre las piedras y cierras inmediatamente. Estas generaran el vapor necesario para la cocción.
Para terminar la receta, retira el pan del horno, deja enfriar y luego corta con un cuchillo de pan o un cuchillo serrucho.