La Torta de Ricota es un clásico que ha conquistado los corazones y paladares de generaciones enteras. Desde sus orígenes hasta el presente, esta exquisita receta ha deleitado a quienes se animan a probarla, conquistando con su inigualable sabor y textura.
El origen de esta emblemática receta se remonta a la antigua Italia, tierra de tradiciones gastronómicas que se han propagado por el mundo entero. Con raíces que se hunden en los recuerdos de la historia, la torta de ricota es un legado de la cocina italiana que ha sabido resistir el paso del tiempo y llegar hasta nuestros días, reinventándose en cada versión y conservando su esencia.
Una de las características más distintivas de esta receta clásica es su relleno, donde la ricota juega un papel protagónico. La ricota, ese suave y cremoso queso fresco elaborado a partir de suero de leche, se convierte en el ingrediente principal que otorga a la torta su textura delicada y su sabor único. Un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo suave, que se deshace en el paladar y nos envuelve en una experiencia inigualable.
Ingredientes para un molde de 22 cm
Para la masa
- 240 gr de harina leudante
- 110 gr de azúcar
- 1 huevo
- 1 yema
- 125 gr de manteca
- 2 cdas de leche
Para el relleno
- 600 gr de ricota
- 150 gr de azúcar
- 100 cc de crema de leche
- 2 yemas
- 1 cda de extracto de vainilla
- 1 cda de ralladura de naranja
Modo de preparación
Comienza la receta preparando la masa de la torta. En un recipiente, mezcla la manteca fría cortada en cubos, la harina y el azúcar. Puedes hacerlo utilizando un cornet o simplemente con las yemas de tus dedos, asegurándote de que la manteca se integre bien con los ingredientes secos.
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Despues agrega el huevo, la yema y la leche. Continúa mezclando hasta obtener una masa homogénea. Es importante no amasar en exceso, simplemente formar la masa sin manipularla demasiado.
Envuelve la masa en papel film y llévala a la heladera por aproximadamente una hora. Esto ayudará a que se compacte y sea más fácil de trabajar.
Mientras la masa reposa en la heladera, prepara el delicioso relleno de ricota. En un recipiente, bate todos los ingredientes del relleno hasta que estén bien integrados. Al final, puedes utilizar una procesadora de mano para obtener una textura más cremosa y suave.
Una vez que tengas la masa y el relleno listos, comienza con el armado. Estira la mitad de la masa con un palote y colócala en un molde desmontable previamente enmantecado y enharinado. Asegúrate de que la masa cubra uniformemente el fondo y los bordes del molde
Vierte el relleno de ricota sobre la masa en el molde, asegurándote de distribuirlo de manera pareja.
Estira la otra mitad de la masa y colócala encima del relleno. Es importante que trabajes con la masa bien fría, por lo que puedes estirarla entre dos hojas de papel manteca y llevarla al freezer durante unos minutos antes de colocarla sobre el relleno.
Luego, hornea la torta en un horno precalentado a 180°C durante aproximadamente 45 minutos, o hasta que la masa esté dorada.
Retira la torta del horno y déjala enfriar antes de desmoldarla. Lo ideal es dejarla reposar en el molde y luego desmoldarla con cuidado para evitar que se rompa. Antes de servirla, espolvorea la superficie, esto le dará un toque de dulzura y un aspecto irresistible.
Esta deliciosa receta se convierte en la compañera ideal para la merienda, un momento de pausa y disfrute en medio de la rutina diaria. Ya sea acompañada de una taza de té o de un café, la torta de ricota nos brinda una combinación de sabores, aromas y texturas reconfortantes.