Si bien el hecho de regar las plantas parece una tarea repetitiva y rutinaria, lo cierto es que adquirir ciertos conocimientos al respecto puede potenciar tanto el aspecto como el crecimiento de tus amigas verdes para que luzcan de la mejor manera en cualquier época del año.
Es por ello que hoy te vamos a dejar una pequeña guía de riego, puntualizando en los aspectos básicos del riego para favorecer a cada una de tus plantas.
La cuestión es que todas las plantas no son iguales diferenciándose entre sí por tipología, tamaño o textura de la tierra. Eso conlleva a pensar que cada especie requiere de cuidados específicos para su óptimo desarrollo.
Si bien hay muchos factores que pueden influir en ello como la luz o las plagas por ejemplo, en este artículo nos vamos a centrar en la cuestión del riego dejando algunos conceptos y tips necesarios a la hora de hidratar a tus plantas.
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Los 8 mandamientos
• Aprovechar las mañanas: Esta hora del día aparece como la ideal para regar las plantas dado que la posibilidad de evaporación del agua se reduce en comparación con los momentos de pleno sol. A la par de ello, es recomendable sumar otro riego de ser necesario en las últimas horas de la tarde.
• Superficie: La tierra donde crecen tus plantas es sin dudas uno de los indicadores más importantes a tener en cuenta. Conocer el grado de humedad es un punto clave y para ello es necesario introducir un dedo unos centímetros hacia abajo pata poder comprobarlo. Si está seca, es hora de regar. Si está húmeda, quizás sea necesario esperar algunas horas.
• Suave: La suavidad a la hora de regar potenciará la capacidad de absorción del suelo. Si echamos toda el agua de golpe, puede que la tierra se impermeabilice y tienda a acumularse. Siempre es preferible comenzar de a poco para garantizar un regado profundo.
• Excesos: Las plantas necesitan tanto el oxígeno como el agua. Es por ello que se debe procurar no acumular demasiada agua. A veces es preferible que la tierra se seque por completo antes de volver al riego.
• Raíces: En ese sentido, se debe tener en cuenta que las raíces no solo serán de un tamaño similar a tu planta, sino que también pueden adquirir varios centímetros de profundidad. Es por ello que será necesario regar por encima de ella para asegurar una correcta hidratación.
• Evitar la resequedad: Durante la época de verano las plantas pueden llegar a marchitarse durante el día con el fin de resguardar la humedad. Sin embargo por la noche vuelven a adquirir su aspecto normal. Pero si la tierra está seca, se corre el riesgo que las puntas de las raíces se dañen, dificultando la aparición de flores y frutos.
• Conservación: Una de las técnicas más utilizadas para mantener la humedad del suelo es colocar una manta orgánica sobre él compuesta de hojas secas o ramas. Esto ayudará a resguardar la tierra de su exposición a las altas temperaturas disminuyendo la capacidad de evaporación. Sin embargo, una manta de más de 2 centímetros de espesor podría volverse contraproducente dado que evitaría que el agua llegue a las raíces.
• Evitar la pérdida: Adoptando el hábito de regar en las mañanas o en las últimas horas del día se contribuye a disminuir la pérdida de la humedad el suelo. Para ello, también será necesario protegerlas del viento.
Con estos ocho mandamientos, no solo que optimizarás tus recursos sino que también potenciarás el cuidado y el crecimiento de tus plantas asegurándote de que se mantengan frescas y radiantes a cualquier hora del día.