Luego de varios estudios, la ciencia pudo encontrar algunos argumentos válidos para los denominados remedios caseros, los cuales han ido ganando terreno con el paso del tiempo.
Si bien hoy existe todo un mercado de medicamentos basados en el alcance de la ciencia, lo cierto es que las culturas y costumbres de los pueblos que habitan el planeta han llevado a la concepción de ciertos “brebajes” o medicinas no convencionales para el tratamiento de diferentes males.
Buscando unir esos dos mundos, el científico chino Tu Youyou ganador del Premio Nobel de Medicina en el año 2015, se adentró en los remedios caseros que trascendieron a lo largo del tiempo.
Así logró llegar a la conclusión de que la sopa de pollo (o de cualquier otro ingrediente) era efectiva para combatir algunos síntomas de la gripe en el cuerpo humano, respaldado por la investigación de la ciencia, más allá de alguna creencia popular.
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En la cultura occidental, la sopa suele utilizarse como un remedio para “curar” ciertos malestares del cuerpo, y principalmente suele consumirse en la época más fría del año para combatir algunas enfermedades respiratorias.
En este punto, la sopa ha sido investigada no solo por el ganador del Premio Nobel sino también por los representantes de la comunidad científica que han buscado conocer más a fondo los beneficios de este alimento para el cuerpo humano.
Los beneficios de la sopa
En base a la utilización de la sopa de pollo para combatir la gripe, los datos revelan que si bien no alcanza para curar, lo cierto es que ayuda a suavizar los síntomas de las enfermedades virales respiratorias.
Por otra parte, la ciencia en su conjunto ha revelado que la sopa es beneficiosa para la salud, dado que es rica en nutrientes esenciales, como proteínas magras, vitamina B, hierro y zinc, sumado a que tiene la posibilidad de mantener la hidratación, aliviar la congestión nasal y a reducir la inflamación de las vías respiratorias.