En el fascinante mundo de la repostería saludable el bizcocho de almendras es la preparación estrella. Esta receta no solo deleita los sentidos, sino que también se presenta como la opción perfecta para aquellos que buscan una alternativa sin gluten.
Lo que hace única a esta receta es su simplicidad, solo tres ingredientes son suficientes para preparar una masa super esponjosa.
Las almendras, en este caso molidas hechas una harina, son las protagonistas principales de esta creación. Rica en grasas saludables, proteínas y fibra, este fruto no solo aporta estructura al bizcocho, sino que también eleva su valor nutricional.
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Te invitamos a seguir leyendo para descubrir el sencillo paso a paso de delicia para que disfrutes de desayunos y meriendas sin culpa.
Ingredientes
- 6 huevos
- 100 gr de azúcar
- 250 gr de almendra molida o en polvo
Modo de preparación
El primer paso es precalentar el horno a 180°C. A continuación, separamos la clara de las yemas de todos los huevos. Hay que tener mucho cuidado de que no caiga nada de yema a las claras, de lo contrario no montaran lo suficiente.
Una vez hemos separado los huevos, añadimos el azúcar a las claras y montamos a punto de nieve con ayuda de una batidora eléctrica. Aunque si tienes un buen brazo, puedes hacerlo a mano.
Debe tener consistencia de nieve. Un truco para saber que está bien montada es dar la vuelta al recipiente y si no cae nada, estará perfecto.
El siguiente paso es batir las yemas. Estas deben triplicar su volumen y tomar un color blanquecino.
Una vez que están listas ambas preparaciones, mezclamos con mucho cuidado las claras y las yemas. Hay que hacerlo con movimientos envolventes, desde abajo hacia arriba.
Después agregamos la almendra en polvo o molida. Pero antes la pasamos por un tamiz o colador para que quede mucho más cremoso y suave.
La integramos poco a poco del mismo modo que antes, realizando movimientos envolventes y suaves para no romper el aire.
Ahora es momento de engrasar y enharinar el molde, de este modo evitamos que se pegue la masa. Después volcamos toda la preparación y emparejamos suavemente la superficie.
Horneamos en el horno precalentado a 180°C durante 30 minutos aproximadamente. Para chequear que esté listo podemos pinchar el bizcocho con un palillo antes de sacarlo del horno y si este sale seco, es que el bizcocho este hecho.
Una vez fuera del horno y lo dejamos entibiar para desmoldarlo y finalmente degústalo.
Lo mejor es que realizando esta receta consigues un bizcocho que se puede conservarse durante más tiempo que el tradicional, porque al no llevar harina no se enmohece.