Esta torta es, sin duda, la receta perfecta para aquellos que adoran el dulce de leche en todas sus formas. Este exquisito postre combina la suavidad y dulzura del dulce de leche con la esponjosidad de una torta, creando una combinación que deleitará a todos. Si eres un amante apasionado de este manjar, estás a punto de descubrir una receta que se convertirá en tu favorita.
El dulce de leche, ingrediente fundamental de esta receta, es una deliciosa creación a base de leche y azúcar, cocida lentamente hasta obtener una consistencia espesa y un color dorado. Su sabor caramelizado y su textura suave lo convierten en un ingrediente perfecto para este tipo de postres.
La torta húmeda de dulce de leche es una variación del clásico bizcochuelo, pero con un giro delicioso. Encontrarás que, aunque la base de la preparación es similar, incorpora algunos pasos que hacen que esta torta sea única y excepcionalmente húmeda. A lo largo de esta receta, te guiaremos a través de cada uno de estos pasos, para que puedas disfrutar de una torta que te sorprenderá con su sabor y textura inigualables.
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Ingredientes
- 4 huevos
- 100 gr de azúcar
- 200 gr de dulce de leche clásico
- 200 gr de harina 0000
- 15 gr de polvo de hornear
Para decorar
- Azúcar impalpable
- Cacao amargo
Modo de preparación
Esta receta se prepara muy fácilmente con la batidora, si tienes el batidor globo mucho mejor.
Primero batimos los huevos y la azúcar a velocidad media-baja y una vez que se integren bien, subimos la velocidad para que se espumen un poco.
No es necesario lograr el punto letra que generalmente se busca al preparar un bizcochuelo, solo queremos blanquear y espumar un poco.
El siguiente paso parar el batido y agregar el dulce de leche. En este caso utilizamos un dulce clásico y tradicional.
Volvemos a batir a velocidad media-alta para integrar el dulce de leche, con un minuto de batido estará bien.
Después volvemos a detener la batidora para agregar los ingredientes secos: la harina y el polvo de hornear. Batimos una vez más, esta vez a velocidad baja, aunque también puedes integrarlos con la espátula.
Cuando ya no veamos más restos de harina ni de polvo, podemos dejar de batir y la masa ya esta lista. Ahora es momento de verterla sobre un molde antiadherente o engrasado con manteca o aceite.
Nivelamos la superficie con una espátula y horneamos en un horno precalentado a 160°C por 25 minutos.
Cuando la torta este lista, la retiramos del horno y dejamos entibiar antes de desmoldar.
Como paso final de la receta podemos decorar espolvoreando un poco de azúcar impalpable y cacao amargo en polvo. Por último, nos sentamos a disfrutar de este manjar.