Si eres amante del chocolate, esta receta es ideal para tí. Sucede que al degustar este postre podrás experimentar a pleno del intenso sabor de este producto, junto con una combinación de texturas sumamente agradables para el paladar.
Sin embargo, lo mejor de esta receta es que resulta sumamente económica y sencilla, ya que está compuesta solamente de dos ingredientes; huevos y chocolate y como resultado podrás obtener un postre irresistible que todos van a querer repetir.
Dicho esto, te dejamos a continuación los pocos y fáciles pasos que debes seguir para poder comprobar lo rico que resulta este bizcocho con sabor a chocolate y de textura esponjosa con un dejo de humedad sumamente deliciosa.
Ingredientes:
4 huevos
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250 gr de chocolate para derretir
Modo de preparación:
Replicar esta receta es tan fácil, que con solo 4 pasos vas a poder lucirte ante tus invitados con esta preparación que será un verdadero festín para tu boca.
El primer paso consiste en tomar los huevos para separar las claras de las yemas. Luego, con batidora eléctrica vas a batir las claras durante varios minutos hasta conseguir que adquieran punto nieve.
Por otro lado, vas a derretir el chocolate a baño maría y cuando esté completamente fundido, le bajas la temperatura del fuego al mínimo y allí vas a comenzar a incorporar las yemas, una por una, mientras integras ambos ingredientes con una espátula.
Vas a notar que la preparación se va tornando cada vez más espesa, hasta formar una masa de consistencia bien densa.
A continuación, vas a retirar la fuente del baño maría y vas a comenzar a colocar, poco a poco, las claras batidas a nieve, efectuando movimientos envolventes para que no pierda el aire.
Cuando las claras estén perfectamente integradas, obtendrás una mezcla de consistencia mucho más diluida, entonces es momento de volcarla sobre un molde de 18 centímetros de diámetro, cubierto con papel manteca.
Lo vas a hornear a 180° durante unos 20 o 30 minutos y pinchando en el centro con un palito brochette vas a confirmar que se encuentra perfectamente cocido cuando este salga completamente seco.
Finalmente, cuando el bizcocho baje un poco la temperatura, recién vas a proceder a desmoldarlo y cuando esté totalmente frío estará listo para servir.
Como verás, se trata de una receta sumamente sencilla, con pocos ingredientes y sin harina, que te permitirá disfrutar de un bizcocho con intenso sabor a chocolate que se deshace en la boca. Ideal para salvar el postre.