El palo de agua es una planta de origen tropical, sus hojas largas y colgantes la hacen muy vistosa, también se destaca por su tronco de color marrón con anillos. Es una de las plantas más elegidas para la decoración de interiores, aunque también se puede ubicar en exterior.
La floración se da solo 2 veces en toda la vida de la planta. Por supuesto, ocurre en palos de agua adultos y grandes. Si tienes la posibilidad de verla, se parecen a pequeñas estrellas de color blanco y tienen un aroma muy atractivo.
Además de su belleza, el palo de agua es una planta con buenas energías. Según expertos en Feng Shui, atrae la buena suerte, especialmente para las personas que inician nuevos proyectos o están por emprender un nuevo camino.
Luego de esta breve introducción, pasaremos de lleno a lo que nos interesa: los cuidados que debe recibir el palo de agua. Lo primero que debes tener en cuenta es que, por más que su nombre sea palo de agua, no requiere de mucho riego, ni necesita estar si o si en agua.
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Ubicación y temperatura
Puede ubicarse tanto en interior como en exterior. Debe recibir luz natural, pero no hay que exponerlo al sol directo, ya que sus hojas se queman fácilmente. Si está en un espacio oscuro, las hojas se vuelven marrones.
Por otro lado, la temperatura ideal es entre los 20º a 25º C. En ambientes muy fríos, la planta deja de crecer al tiempo que las hojas caen. Además, al ser una planta tropical, lo ideal es un ambiente húmedo.
Riego
Como te dije antes, el palo de agua no necesita de mucho riego, pero si es importante que el suelo permanezca húmedo. Por lo general, se regará unas tres veces por semana en verano y cada 3-4 días el resto del año.
Si las hojas comienzan a tomar color marrón y se caen de la planta, es posible que le falte agua. En este caso, puedes pulverizar con un rociador cada hoja cuando comienza a secarse. Para detectar un exceso de riego, solo hay que observar las hojas, si las están muy brillosas tienes que reducir el riego.
Sustrato
Con respecto al sustrato, es una planta que necesita de buen drenaje, conviene ponerla en una maceta con tierra algo suelta. Puedes usar tierra universal, turba y fibra de coco. Se recomienda trasplantarlo cada dos años, llenando la maceta con sustrato de cultivo universal de alta calidad.
En el verano lo mejor será aplicarle fertilizante líquido para plantas verdes. Es importante que sigas las instrucciones de uso para que no haya riesgo de sobredosis.
Reproducción por esquejes
El Palo de Agua puede reproducirse por esquejes o también a través de troncos ya podados de los que nacen raíces. Las mejores estaciones para hacerlo son la primavera y el otoño.
Plagas
Si viene esta planta es muy resistente, puede verse afectada por los siguientes insectos, plagas o parásitos:
- Araña roja: es un ácaro muy muy pequeño de color rojo que se alimentan de las células de las hojas. Al igual que las arañas, producen telas por las cuales se trasladan de una hoja a otra. Los síntomas son manchas decoloradas o amarillas, además de la telaraña.
- Cochinillas: son insectos que pueden ser escamitas como lapas o como algodón que se depositan en las hojas y tallos verdes, causando pérdida de color y deformaciones. Se pueden quitar fácilmente con un pincel humedecido en agua y jabón, o con un insecticida anti-cochinilla.
- Pulgón: son parásitos de unos 0,5cm que se alimentan sobretodo de las hojas más nuevas y de los capullos florales. Causan pérdida de color de la zona afectada y, en casos graves, favorecen la aparición del hongo negrilla o fumagina.
- Septoriosis: es un hongo que produce manchas pardo grisáceas en las hojas. Se trata con fungicida sistémico.
Revisa de vez en cuando tu planta para prevenir estas enfermedades y si encuentras alguna de estas plagas, trátalas con el fungicida o la sustancia que corresponda.
Lamentablemente las plagas no son el único problema de esta planta, puede estar afectada por muchas otras cosas, de las cuales dependen el cuidado y el clima. A continuación, te dejo un punteo para que reconozcas todo lo que le sucede al palo de agua.
- Aparición de manchas marrones: probablemente haya pasado frío. Hay que protegerla de las temperaturas de menos de 12ºC.
- Caída de hojas: si tienen los bordes amarillos y las puntas marrones, es porque necesita agua; en cambio, si se caen las inferiores y están aparentemente sanas, es porque ha sido expuesta a cambios bruscos de temperatura. No es un problema serio, se aclimatará por sí sola.
- Hojas con puntas secas: puede ser por varios motivos: baja humedad ambiental, exceso de calor o falta de agua. Se debe regar algo más y evitar exponerla a las corrientes de aire.
- Hojas amarillas y lacias: exceso de riego. Hay que dejar secar el sustrato entre riegos.
- Las hojas se quedan pequeñas y deformadas: falta de abono. Hay que abonarla en primavera y verano con un abono líquido.
- Pudrición de los tallos: exceso de riego. También puede ser por frío. Se recomienda cortar por lo sano, impregnar la base con hormonas de enraizamiento y plantarlo en una maceta con sustrato muy poroso, como pómice o turba negra mezclada con perlita a partes iguales.
- Pérdida de color de las hojas: falta de luz y/o abono. Hay que llevarla a un lugar más luminoso y abonarla regularmente.
- Quemaduras marrones en las hojas: la planta ha estado expuesta al sol directamente. Hay que alejarla del sol y de las ventanas.