Sábado 26 de Julio 2025
A LA ESPERA DE UNA NUEVA CINTA

Cuando los dioses inspiran al cine: el legado homérico alimenta la gran pantalla

A 21 años de su estreno, esta epopeya moderna revive con fuerza mientras otro titán del cine prepara su propia versión del mito

(Fuente: Warner Bros)
Escrito en ESPECTÁCULOS el

En el universo de las grandes gestas cinematográficas, hay historias que trascienden el tiempo. Al cumplirse 21 años del estreno de una superproducción que redefinió el género bélico moderno, los reflectores vuelven a encenderse sobre aquella adaptación monumental de La Ilíada. Pero esta vez, el regreso no viene solo: en un curioso cruce de destinos fílmicos, Christopher Nolan se encuentra rodando Odisea, otra obra inspirada en los versos inmortales de Homero.

Troya, dirigida por Wolfgang Petersen, aterrizó en las salas a mediados de los 2000 con una fuerza arrolladora. Con batallas coreografiadas al milímetro, personajes de leyenda y una ambición visual que dejó huella, Troya se convirtió en símbolo de una época donde los mitos cobraban vida en pantalla grande. Petersen, artífice de clásicos como Das Boot y Air Force One, apostó por una narrativa de ritmo feroz y crudeza épica, especialmente en escenas como el desembarco de los mirmidones liderados por un feroz Brad Pitt como Aquiles.

(Fuente: Warner)

El director reveló que los actores enfrentaron los combates sin dobles, lo que añade aún más autenticidad a la cinta. Desde las murallas de Troya, Héctor —interpretado por Eric Bana— observa con solemnidad la llegada de la flota griega, dando paso a uno de los enfrentamientos más icónicos del cine. Todo esto potenciado por la banda sonora de James Horner, que imprime gloria y tragedia a cada movimiento.

(Fuente: Instagram)

Mientras tanto, Nolan trabaja en una versión completamente distinta del universo homérico, enfocándose en La Odisea, la travesía de Ulises tras la guerra. El vínculo entre ambas películas no es sólo literario, sino también temático: ambas exploran las consecuencias de la ambición, la guerra y la lucha por el destino. Que estos relatos vuelvan a estar en el centro del arte cinematográfico no es coincidencia, sino prueba de que los mitos antiguos siguen resonando con la fuerza de un trueno olímpico.

Así, el legado de Troya se mantiene vivo, a la espera de ver cómo Nolan reinterpreta los caminos del héroe viajero. Lo cierto es que el cine, como los mitos, nunca deja de reinventarse —y Homero, una vez más, vuelve a escribir su historia en celuloide.