Roma, 8 de mayo
El cielo sobre la Ciudad del Vaticano se tiñó de esperanza esta tarde cuando, a las 18:07 horas, la chimenea de la Capilla Sixtina dejó escapar una columna de humo blanco. Con esa señal ancestral, el mundo supo que los cardenales reunidos en cónclave habían elegido al nuevo Papa.
La noticia se propagó de inmediato. En la Plaza de San Pedro, miles de personas estallaron en aplausos, lágrimas y cánticos al ver la fumata blanca elevarse suavemente en el cielo romano. Las campanas de la Basílica repicaron al unísono, sellando uno de los momentos más significativos de la historia reciente de la Iglesia Católica.
La elección se concretó en la tercera ronda de votaciones desde que se inició el cónclave el pasado miércoles 7 de mayo. Las dos primeras rondas, celebradas sin éxito, habían dejado humo negro como señal de desacuerdo entre los purpurados. Pero esta tarde, finalmente, se alcanzó el consenso necesario de dos tercios entre los 115 cardenales electores.
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La expectativa ahora gira en torno al inminente anuncio oficial. En breve, el cardenal protodiácono aparecerá en el balcón central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el esperado “Habemus Papam” y revelar al mundo el nombre y origen del nuevo líder espiritual de más de mil millones de fieles.
Esta elección marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia, que busca renovarse y responder a los desafíos de un mundo convulsionado. La figura del nuevo Papa, aún envuelta en misterio, despierta esperanzas de unidad, guía moral y compromiso con los más necesitados. Dominique Mamberti, será el cardenal que anunciará al nuevo papa después del cónclave
Mientras tanto, la plaza continúa recibiendo peregrinos, fieles y turistas, todos expectantes ante el histórico momento en que el nuevo Pontífice se asome por primera vez para impartir su bendición Urbi et Orbi.