Un fungicida es un tipo de pesticida esencial para controlar, prevenir y eliminar los hongos que afectan a las plantas. Estos productos químicos son especialmente útiles en la agricultura para proteger los cultivos de enfermedades fúngicas que pueden dañar la producción.
Existen varios tipos de fungicidas, cada uno con un propósito específico para mantener tus plantas saludables. Los fungicidas protectores se aplican antes de que aparezcan los hongos, formando una capa protectora en la superficie de la planta para prevenir infecciones.
Los fungicidas curativos se utilizan para detener el avance de las enfermedades fúngicas ya presentes, mientras que los fungicidas erradicantes eliminan por completo los hongos presentes en las plantas. Aunque la mayoría se consigue en tiendas, ¡puedes preparar tu propio fungicida en casa!
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Los fungicidas caseros tienen varios beneficios: son una opción súper económica, utilizan ingredientes naturales, son amigables con el medio ambiente y puedes prepararlos cuando más los necesites.
Fungicida casero súper efectivo
Necesitarás los siguientes ingredientes:
1 botella de agua de la canilla (2 litros, dejar al sol 3-4 días para evaporar el cloro y las cloraminas)
1 cucharada sopera de vinagre de manzana
1 cabeza de ajo
200 ml de leche entera
Preparación
Prepara la Mezcla: Coloca el agua en una cacerola y añade la cucharada de vinagre de manzana. Remueve bien para integrar los ingredientes. Corta la cabeza de ajo (con cáscara y todo) en rodajas finas y agrégala a la cacerola con agua y vinagre.
Maceración: Deja macerar la mezcla durante 48 horas, tapando la cacerola con una tabla o su tapa.
Finalizar el Fungicida: Añade la leche entera y remueve bien con una cuchara. Filtra la mezcla y colócala en un pulverizador.
Aplicación
Este fungicida casero se puede almacenar por 1 semana. Aplícalo una vez por semana hasta que tu planta mejore. ¡Y listo! Tu planta estará protegida de hongos de manera natural y efectiva.