En los últimos tiempos, la información nutricional de los alimentos se ha convertido en esencial, especialmente para aquellas personas que buscan nuevas formas de consumo sin resignar nutrientes.
Para ello, la ciencia ha presentado los conocidos superalimentos, que llegan para cubrir esta necesidad y sumar importantes beneficios para la salud. Hoy hablaremos de uno en particular: la espirulina.
El gran potencial de la espirulina se centra principalmente en su alta concentración de minerales y proteínas. Por eso, muchos ya han comenzado a incorporarla en sus dietas diarias para disfrutar de sus beneficios.
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En pocas palabras, este superalimento es un alga unicelular azul verdosa que se destaca por la presencia de fitonutrientes y enzimas antioxidantes. Estas propiedades combaten el daño oxidativo celular y reducen el riesgo de enfermedades coronarias.
Además, la espirulina contiene una alta concentración de calcio, fósforo, potasio, hierro, zinc, selenio, manganeso y yodo. Estos minerales contribuyen a la producción de hormonas y fortalecen los huesos y músculos.
Por si fuera poco, este superalimento también contiene una amplia gama de vitaminas y los 8 aminoácidos esenciales, incluyendo el triptófano, que ayuda a combatir el cansancio y la fatiga mental.
Precauciones
Comúnmente, la espirulina se comercializa en forma de pastillas o polvo. Aunque aporta muchos beneficios para la salud, es importante tener en cuenta algunos aspectos antes de su consumo.
Por ejemplo, no se recomienda este superalimento en mujeres embarazadas o lactantes, así como en personas con problemas de tiroides. Es necesario moderar su consumo debido a su alta concentración de yodo y, lo más importante, consultar a su médico de cabecera antes de consumirlo.