Desde la primera mirada, la Myosotis Sylvatica nos cautiva con su delicadeza y su tonalidad azul intensa. Originaria de Europa, esta planta pertenece a los arbustos perennes de duración corta. Sus tallos pelosos y hojas basales le otorgan un encanto único.
Las flores de la Myosotis Sylvatica son diminutas, pero su impacto es inmenso. Con aproximadamente 1 centímetro de diámetro, presentan cinco pétalos azulados (a veces rosados o morados). Las flores de esta planta no solo embellecen el jardín, sino que también atraen mariposas y resisten a los conejos y ciervos.
Cuidados sencillos para un jardín radiante
¿Quieres que tu Myosotis Sylvatica crezca y florezca exuberante? Aquí tienes algunos consejos:
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Plantación ideal: Plántala en los inicios de la primavera para asegurar una correcta germinación. Busca un lugar iluminado, como el jardín o el balcón.
Riegos bien medidos: En los meses cálidos, riega cada dos días para mantener el sustrato húmedo. En invierno, reduce a uno o dos riegos por semana.
Suelo nutritivo: La Myosotis aprecia un suelo rico en nutrientes. Prepara una mezcla con partes iguales de fibra de coco, turba y humus de lombriz.
La leyenda del “No me olvides”
El nombre "Nomeolvides" esconde una historia romántica. Según la leyenda, dos alemanes enamorados se encontraron junto al Danubio. La dama vislumbró la planta y le pidió al caballero que la buscara. Trágicamente, él se ahogó en el intento, pero sus últimas palabras fueron "no me olvides".
En resumen, la Myosotis Sylvatica es mucho más que una planta: es un símbolo de amor verdadero, fidelidad y devoción. Así que no la olvides en tu jardín.