La orquídea es una flor de las más buscadas en la decoración. Son plantas ideales para regalar en ocasiones especiales, ya que los pétalos de sus flores, que varían entre los colores blancos y violetas, son sinónimo de elegancia y delicadeza.
Esta flor cuenta con más de 30.000 especies, hay orquídeas por todo el mundo, excepto en los lugares más fríos. Es una planta tropical muy resistente, aunque su aspecto delicado de la sensación que requiere de mucho cuidado, esto no es así, solo necesita de una buena y un ambiente adecuado. A continuación, te dejamos una guía de los aspectos claves que se deben tener en cuenta para cuidar esta planta y pueda lucir sus flores de la mejor manera.
Temperatura
La mayoría de las orquídeas no soportan las temperaturas frías menores a los 10°, ni tampoco muy altas, como mayores a 30°. Lo ideal es una temperatura de unos 22 °C para que viva bien. Es muy importante que el ambiente sea húmedo para que florezca de manera adecuada.
Existen algunos trucos para mantener la humedad. Podés colocar una bandeja con piedras y agua por debajo de la maceta, de forma que no toque el agua, pero este cerca de las raíces. También es bueno tener cerca un humidificador de ambientes y, por supuesto, si tienes una zona en tu casa que predomina la humedad, será el mejor lugar para que la orquídea florezca.
Iluminación
La luminosidad está relacionada con la temperatura ya que un aumento de la luz, podría determinar un aumento de la temperatura. La iluminación afecta principalmente a las hojas de la planta y también es un elemento clave al momento de la floración. Lo mejor es colocarlas en un lugar con luz indirecta.
Para comprobar si la iluminación es buena, solo debemos ver las hojas que normalmente son de color verde no tan intenso, si la iluminación es excesiva las hojas serán amarillentas y si es escasa serán de color verde muy intenso. Cuando la iluminación no es suficiente también se puede observar un alargamiento de los pseudobulbos en busca de la claridad.
Riego
El riego de la orquídea depende del momento de crecimiento de la planta y la temporada en la que estemos. Es importante no encharcar la planta, hay que mantener la tierra con algo de humedad y regarla solo cuando el sustrato comienza a secarse. Lo ideal es que el agua esté a temperatura ambiente.
En temporada de otoño-invierno conviene regarla cada dos semanas. En primavera-verano, hay que aumentar el riego a dos veces por semana, aunque se puede regular la frecuencia según como esté la tierra.
Hay que tener en cuenta que si la planta está en maceta la superficie puede parecer seca pero el sustrato puede estar húmedo. Por eso hay que mantener más riegos menos frecuentes en maceta que en soportes para epifitas.
Sustrato
Antes de hablar del sustrato debemos tener en cuenta en qué lugar va a estar la planta. Existen orquídeas terrestres, para las cuales el mejor sustrato es la tierra. Hay otras especies que son epífitas, se desarrollan sobre árboles, por lo tanto, su sustrato consiste en una mezcla de corteza triturada. Algunas otras orquídeas son litófitas, crecen sobre piedras. En fin, debemos elegir el sustrato teniendo en cuenta el ambiente natural donde crecerá la planta.
Macetas y soportes
Las orquídeas terrestres deben plantarse en macetas o tierra firme. Para las orquídeas epífitas se pueden utilizar tanto macetas como troncos, obviamente con el sustrato correspondiente. Para las que necesitan un secado rápido de las raíces son muy convenientes macetas de barro con buen drenaje. Sucede al contrario para las que necesitan bastante humedad, son convenientes las macetas plásticas.
El tamaño de la maceta también es importante, debe elegirse lo más pequeña posible, obviamente teniendo en cuenta el tamaño de la planta. Debe ser chica para que las raíces se compacten y quede bien sostenida.
Fertilizantes
Las orquídeas no necesitan gran cantidad de fertilizantes. La aplicación debe ser en el periodo de crecimiento de la planta. Es importante que contenga nitrógeno, fósforo, potasio y hierro, para procurar la floración. Lo ideal es que sean naturales u orgánicos y es mejor es usar agua de lluvia, mezclada con el producto y hacerlo al anochecer.
Plagas y afectaciones
Esta planta generalmente se ve afectada por cóccidos, son insectos que aparecen como puntos negros en las hojas y los bulbos. Lo bueno es que se pueden retirar fácilmente con la mano. Los caracoles y las babosas también afectan a esta planta y provocan mucho daño. Si la planta empeora mucho podes aplicar algún plaguicida.
Los hongos también son muy frecuente, ocurren por exceso de humedad y aparecen como manchas negras en las hojas y bulbos. Generalmente se corta la hoja o la parte dañada, si continua la afectación, se aplica fungicida.
Esos fueron los cuidados principales, tené en cuenta que, para saber si el cultivo tiene éxito, debemos ver que las raíces estén saludables, que las hojas tengan la textura y la consistencia adecuada y que los brotes sean cada vez más robustos.