Las vainillas o bizcochos de soletilla son un bocadito dulce que han perdurado en el tiempo, y su origen se remonta a tiempos inmemoriales. Conocidos por sus formas alargadas y textura suave, estos bocaditos se han convertido en un clásico en muchas culturas y hogares alrededor del mundo. Lo que hace tan especial a esta receta es la sencillez para prepararla.
Si alguna vez te has preguntado cómo hacer esta receta, sigue leyendo y presta atención. Te revelaremos un paso a paso sencillo, pero con los tips necesarios para conseguir esa esponjosidad única en cada bocado.
Estos bocaditos son tan versátiles que pueden ser el acompañamiento ideal para una tarde de mate o protagonistas en exquisitos postres que deleitarán hasta a los paladares más exigentes.
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Ingredientes para 25 bizcochos
- 2 huevos grandes
- 60 gr de harina común
- 30 gr de maicena
- 90 gr de azúcar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Para la cobertura
- Azúcar glas
- Azúcar común
Modo de preparación
El primer paso de la receta es separar las claras de las yemas. Hazlo con cuidado asegurándote de que no queden restos de yema en las claras para poder montarlas bien.
Una vez que tengas el primer paso listo, bate las claras con 60 gramos de azúcar. Agrega el azúcar poco a poco y bate hasta conseguir un merengue bien montado. Para chequear que este listo debes darle la vuelta al recipiente y debe mantenerse firme.
Por otro lado, bate las yemas con el resto de la azúcar hasta que duplique su volumen y consigas una preparación blanquecina.
Cuando lo consigas agrega la esencia de vainilla y continúa batiendo hasta incorporarla.
El siguiente paso es mezclar ambas preparaciones. Tienes que realizar movimientos envolventes con una espátula para no romper el aire de las claras.
A continuación añade poco a poco la harina y la maicena previamente tamizadas. Continúa mezclando con una espátula para incorporarlas bien.
Coloca la preparación en una manga pastelera con boquilla redonda, aunque si no tienes puedes usar un sachet de leche o una bolsa de plástico y realizar un corte en uno de los extremos.
Para armar los bizcochos debes colocar papel de horno sobre una placa y formar bastones de un centímetro de grosor y del largo que tú quieras.
Espolvorea todos los bizcochos con abundante azúcar glas y un poco de azúcar común.
Hornealos en un horno precalentado a 180°C, en lo posible con calor arriba y abajo durante 5 o 6 minutos. No deben dorarse demasiado.
Una vez que salen del horno déjalos enfriar y ya están listos para disfrutar. Puedes degustarlos como acompañamiento del café u otra infusión o utilizarlos en alguna receta de tartas o postre dulce.