¿Sabías que las pieles de cebolla y ajo, esas capas que normalmente desechamos, pueden transformarse en un condimento espectacular? ¡Sí, has leído bien! Estos ingredientes aparentemente insignificantes guardan un tesoro de sabor y beneficios para tu salud.
Cuando preparamos una receta con cebolla y ajo, solemos desechar sus pieles sin pensarlo dos veces. Pero aquí está la sorpresa: estas pieles no solo son comestibles, sino que también son una fuente de antioxidantes, vitaminas y minerales. ¿Te imaginas convertir lo que antes iba a la basura en un condimento sabroso y nutritivo?
En este artículo, te revelaremos cómo aprovechar al máximo la piel de cebolla y ajo. Desde recetas hasta consejos culinarios, descubrirás cómo darle un giro mágico a tus platos y potenciar su sabor. ¡Prepárate para una experiencia gastronómica única!
Ingredientes:
Piel de cebolla blanca
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Piel de cebolla morada
Piel de ajo
Modo de preparación:
El primer paso de esta receta consiste en quitarle la piel, o cáscara, a las cebollas y los ajos.
A continuación, deberás ponerlas en remojo dentro de un recipiente con agua y un poco de detergente.
Tras este procedimiento tendrás que colar las pieles y vas a avanzar con el proceso de desinfección. Para ello tienes que ubicar las pieles dentro de un recipiente que contenga 1 mm de cloro por cada litro de agua.
En el siguiente paso, seca las pieles en el horno precalentado al máximo durante 2 minutos. ¡Cuidado para que no se quemen!
Por último, tritura las pieles en la licuadora hasta obtener un condimento delicioso, como el que ves en la imagen.
Con esta receta fácil y rápida, tus comidas se llenarán de sabor y sorprenderás a todos con un nuevo toque especial. ¡No más desperdicio!