Esta maravillosa planta, también conocida como azafrán, es un regalo de la naturaleza europea, especialmente de las zonas bañadas por el Mediterráneo. Con su resistencia y fácil cuidado, el Crocus promete ser un despliegue de belleza con sus vibrantes flores que regresan cada primavera.
Crocus sativus, la estrella de las plantas perennes, no solo es perfecta para crecer en macetas sino que también se convierte en el complemento ideal para cualquier arreglo floral. Sus hojas delgadas y verdes, a veces adornadas con delicadas vetas blancas, son el preludio de una floración espectacular en tonos de violeta, púrpura y un amarillo que captura la luz del sol.
Guía de cuidados estacionales
Primavera y otoño: El Crocus puede sorprenderte floreciendo en otoño, además de su habitual explosión primaveral. Cada bulbo puede producir hasta 20 flores, cada una con una vida efímera que juntas crean un espectáculo prolongado.
Forma y color: Las flores, con su forma de copa y pétalos que varían de puntiagudos a redondeados, ofrecen una paleta de colores desde el amarillo hasta el púrpura, e incluso algunas variedades bicolores.
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Verano y otoño: Posiciona tu Crocus donde el sol pueda besar sus pétalos, pero protégelo de los vientos fuertes. Mantén el compost húmedo, pero sin excesos.
Invierno y primavera: El compost debe estar ligeramente húmedo, aumentando el riego solo cuando los brotes emergen, anunciando un nuevo ciclo de vida.
El pulgón verde puede intentar opacar su esplendor, pero con un poco de piretrina, mantendrás a tu Crocus tan radiante como siempre.
En el vasto reino vegetal, pocas especies pueden presumir de una floración anual tan confiable y espectacular como el Crocus. Es por eso que se ha convertido en una de las plantas favoritas para aquellos que buscan añadir un toque de elegancia duradera a sus jardines. Prepárate para que el Crocus sea el protagonista de tu jardín cada año!