Muchas veces podemos notar un significativo cambio en nuestras plantas, las cuales por alguna razón parecen estirarse más de lo habitual, generando formas que no son propias de la especie.
Este raro síntoma que se hace presente en algunas plantas se lo conoce como etiolación y si bien a veces puede llegar a ser irreversible, lo cierto es que en algunos casos existe una solución efectiva para devolverle su estética habitual.
¿Qué es la etiolación?
La etiolación es un proceso natural de crecimiento de las plantas que se produce cuando estas crecen en ausencia total o parcial de luz. Se caracteriza por:
• Tallos largos y débiles
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• Hojas más pequeñas
• Color amarillo pálido (clorosis)
• Palidez en los tejidos que normalmente serían verdes
• Entrenudos alargados
• Insuficiente desarrollo vascular
• Carencia de clorofila y de desarrollo de los cloroplastos
• Escasez de lignificación
La etiolación es una respuesta de las plantas cuando reciben menos radiación de la que necesitan. Es más común en especies vegetales de tipo suculentas, aquellas que almacenan agua en sus estructuras.
En ese sentido, podremos notar que la planta se estira ampliando sus tallos y disminuyendo el color. En pocas palabras, lo que hace es elevarse para conseguir algunos rayos de sol para llevar a cabo el proceso de la fotosíntesis.
¿Cómo revertirlo?
A la hora de revertir el proceso, lo más tradicional será facilitar el acceso a más luz natural. En tanto, este proceso deberá ser de forma paulatina dado que sino la planta podría sufrir quemaduras.
Por otra parte, también será importante decapitar el tronco de la planta afectada para evitar efectos secundarios en el resto del ejemplar
Si sigues estos consejos, tu planta podrá recuperarse y volver a tomar la forma adecuada nuevamente. Es importante detectar este problema a tiempo para evitar riesgos mayores.