Dentro del mundo de las plantas medicinales, la manzanilla es sin dudas una de las más populares gracias a la amplia gama de beneficios que presenta. Pero si bien se suele utilizar en personas, en este artículo te demostraremos que también se puede aplicar en tu perro.
En base a la información proporcionada por el sitio vidaconmascotas.com, la manzanilla puede ser beneficiosa para tratar problemas gastrointestinales, conjuntivitis o repeler las plagas que acechan a tu perro.
A continuación te dejamos un pequeña guía de uso para que tus perros también disfruten los beneficios de la manzanilla. No obstante, siempre es necesaria una consulta con tu médico veterinario antes de suministrar este remedio natural.
Los beneficios de la manzanilla
Uno de los usos más comunes que le podemos dar a esta planta es para el tratamiento de problemas gastrointestinales. Esta puede ser útil para aliviar espasmos y dolores de estómago a causa de la acumulación de gases.
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Se la podemos administrar si el perro presenta cuadros de diarrea o dolor de estómago. Esta lo ayudará a regularizar el sistema digestivo. Sin embargo, antes de aplicarla en cachorros o adultos, siempre es mejor consultar con el veterinario.
Para el caso de la conjuntivitis, se pude aplicar de forma tópica en la zona infectada. Para ello necesitaremos esparcir la manzanilla por sus ojos utilizando una gasa o algodón. En este punto es importante no utilizar el mismo paño para ambos ojos a fin de no generar un trasporte de bacterias.
Por último, las propiedades calmantes también son beneficiosas para la piel del perro. Esta se pude aplicar para tratar problemas como escozor, picazón o inflamación de la piel.
Aplicación y dosis
A la hora de pensar la aplicación lo mejor es hacerlo mediante una infusión de manzanilla. Esta se puede conseguir en pequeños sobres de te pero debemos asegurarnos que no tengan azúcar ni agregados, al igual que necesitaremos una temperatura tibia.
Esta funciona tanto para el consumo directo desde su propio recipiente de agua o bien introducirlo en su boca con una pequeña jeringa. En cualquier caso, no se debe forzar al animal a beberlo si no lo quiere.
Lo mismo haremos para el tratamiento tópico, utilizando una gasa, algodón y paño para esparcir la infusión por el cuerpo o lo ojos del perro.
En cuanto a la dosis, esta puede variar respecto del tamaño, peso y edad del animal. En cualquier caso, asesórate con un veterinario para saber que dosis darle a tu perro antes de iniciar un tratamiento.