A lo largo de los años la humanidad busca anticipar uno de los momentos apocalípticos más vigentes: el fin del mundo. Al respecto de ello se han esbozado varias teorías e incluso ha sido el escenario perfecto para múltiples historias de ficción.
Pero lejos de ser una construcción fantástica, el fin del mundo aparece como una de las principales y más antiguas preocupaciones de la humanidad. Es por ello que la ciencia y las creencias han anticipado varios puntos finales para la existencia del hombre pero, obviamente, sin un resultado certero.
Quizás uno de los más recientes fue el pronóstico que se hizo para el 22 de diciembre del 2012. Esta fecha marcaba el cierre del año Maya, lo que muchos atribuyeron a una especie de Apocalipsis.
Ante esto, los expertos en este calendario tan particular tuvieron que salir a dar aclaraciones manifestando que solo se trataba de “un cambio de ciclo”. Finalmente, el día final llegó pero lo cierto es que poco cambió en la vida humana.
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Otra de las fechas que se relacionó con el fin del mundo fue el 6/6/2006. Este, con un concepto más esotérico, relacionaba el día con el triple 6, asociado desde culturas muy antiguas con el número del diablo o la maldad pura. No obstante, el 7 de junio del 2006 fue un día igual a cualquier otro.
Si bien muchas teorías sobre el fin del mundo han sido descartadas a lo largo de la historia, lo cierto es que aún nos queda una en pie. Investigadores de la universidad de Harvard en la década del 60 realizaron una extraña predicción basada en datos que coloca al 13 de noviembre del 2026 como el punto final de la humanidad.
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Heinz von Foerster, Patricia M. Mora y Lawrence Amiot son los principales autores de esta investigación que nos pone en las vísperas de la fecha final. Pero en este caso, los expertos de Harvard atribuyen las causas al hombre y no a cuestiones naturales o esotéricas.
Según la ciencia, el 13 de noviembre del 2026 será el fin del mundo debido a la sobrepoblación humana. En base a los cálculos realizados en 1960, los expertos se animaron a predecir que “nuestros tataranietos no se morirán de hambre, pero serán exprimidos hasta la muerte. Ese día, la población humana se acercará al infinito si crece como ha crecido en los últimos dos milenios”.