A la hora de embellecer el jardín y llenarlo de tonos verdes, una de las principales opciones a tener en cuenta es la incorporación de plantas trepadoras como la enamorada del muro.
Esta planta también conocida como Ficus Plumilla se destaca por su follaje perenne compuesto de hojas en color verde oscuro con forma de corazón, las cuales miden entre 2 y 3 cm de largo. Su nombre radica en la posibilidad de trepar por las paredes ofreciendo un bello tapizado natural a tu jardín.
La enamorada del muro no es exigente con la luz solar. Su máximo crecimiento se consigue con temperaturas constantes alrededor de los 20 grados centígrados. A la hora de la decoración, es perfecta como planta de interior, en solitario o formando composiciones.
Crece rápidamente y puede cubrir paredes enteras en poco tiempo. Para evitar que la planta se desprenda de la pared, hay que hacer podas regulares.
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Cuidados
Para conseguir que la enamorada del muro nos brinde toda su belleza, habrá que tener en cuenta los siguientes cuidados:
• Riego: Regar regularmente, pero evitando los encharcamientos. El sustrato siempre debe estar ligeramente húmedo. En invierno, hay que reducir los riegos, ya que la planta deja de estar activa. La hora ideal para regarla es la primera de la mañana, para que estén húmedas durante el día y puedan soportar el calor.
• Humedad ambiental: Requiere una alta humedad ambiental, por lo que hay que pulverizar sus hojas con agua tibia regularmente.
• Sustrato: El suelo debe estar bien drenado.
• Floración: Tiene flores muy pequeñas sin valor ornamental.
Poda
Por último, dejaremos unas líneas para la poda de limpieza de la enamorada del muro consiste en eliminar las ramas que estén muertas, secas, rotas o enfermas. La mejor época para podar es el invierno, cuando la planta está en reposo. En las zonas más frías, es mejor esperar a finales de invierno.
Reproducción
Para poder reproducir a la enamorada del muro de manera satisfactoria, el mejor método para lograrlo es a través de esquejes. Para ello, debemos escoger un gajo leñoso de la planta, cortando la base en 45 grados e introducirlo en una maceta con tierra húmeda. Otro método puede ser guiando el tallo a la tierra y asegurarnos que quede cubierto para generar nuevas raíces.