Entre las plantas que se destacan por su notable resistencia, la suculenta es una de las que se ubica en el podio, aunque sin lugar a dudas es el colorido de sus hojas, su tamaño y su textura lo que ha vuelto tan popular en el mundo.
Para muestra basta con darle una ojeada a la suculenta Sedum Treleasei, la cual conquista a todos con su inigualable belleza y su capacidad para adaptarse a todo tipo de ubicaciones, lo que la convierte en protagonista de cualquier colección.
Se trata de una planta originaria de México, que se distingue por sus hojas carnosas y redondeadas, cuyo color original es el verde grisáceo, aunque a lo largo de su vida pueden tornarse de tono amarillo o rojizo, en los márgenes.
Además, como estas hojas crecen en cúmulos muy compactos sobre tallos ramificados, a medida que la especie se desarrolla se vuelve mucho más atractiva.
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Por otro lado, esta preciada suculenta tiene una increíble facilidad para prosperar bajo cualquier condición o temperatura, ya que tolera climas cálidos y secos, pero también resiste las heladas bajo cero.
Claro que este es uno de los principales motivos por los que la Sedum Treleasei es tan buscada, ya que por su notable adaptabilidad puede prosperar en cualquier rincón del hogar, mientras conquista a todos con su aspecto.
En definitiva, estamos ante una suculenta privilegiada, de resistencia inigualable, apta para principiantes de la jardinería y capaz de apoderarse de todas las miradas por su distinguida belleza. Única y especial desde todo punto de vista.
Sobre sus flores y su cuidado
Otra cualidad que convierte al Sedum Treleasei en una preciada planta ornamental son sus flores, ya que tienen forma de estrella y un intenso color amarillo, las cuales aparecen aparecen a finales del invierno y permanecen hasta principio de la primavera.
No obstante, para que su floración se vea siempre espléndida, es fundamental utilizar para su cultivo un sustrato con buen drenaje, aplicar riegos solamente cuando el suelo esté completamente seco y ubicar la suculenta en un sitio de semisombra, donde reciba una buena dosis diaria de luz indirecta. Solo así se verá siempre lozana y resplandeciente.