El fin de semana suele ser el momento de descanso tanto para grandes como para niños y además es cuando se llevan adelante las actividades en familia más divertidas.
Entonces, si quieres compartir con los niños una actividad muy divertida, en esta nota te traemos el sencillo procedimiento para que puedan elaborar juntos un slime casero. Se trata de un procedimiento súper sencillo con el que los pequeños se divertirán muchísimo.
Es importante mencionar que el slime es una masa o gelatina elástica y viscosa que se suele conseguir en jugueterías o mercados, pero su elaboración es tan sencilla que podrás ahorrar mucho dinero si decides crearlo con tus propias manos.
El primer paso para preparar este slime casero consiste en mezclar una taza de acondicionador del pelo con dos tazas de maizena, puedes mezclarlas con la ayuda de una cuchara.
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Luego, vas a tener que emplear tus manos, ya que debes integrar los ingredientes y amasarlos hasta obtener una masa de consistencia suave y uniforme. Dejale esta tarea a tus niños, ellos aman la sensación de ensuciar sus manos y tener contacto con texturas e ingredientes no TÓXICOS.
Los más pequeños de la familia, sabrán mejor que nadie, cuando el slime adquiere la elasticidad adecuada para poder manejarlo.
Ten en cuenta que puedes añadir también algún colorante de comida, para conseguir que la masa tenga un color distinto al blanco, en ese caso deberás amasarla durante varios minutos más para conseguir la intensidad del color elegido.
Como resultado final de este sencillo procedimiento obtendrás una masa súper elástica, que no se pega en las manos y con la que los niños podrán jugar, crear, divertirse y dejar volar su imaginación durante el fin de semana.
Múltiples beneficios
De acuerdo a la información publicada por la Fundación Querer, además de ser un juguete divertido para los más pequeños, el slime sirve para mejorar la percepción sensorial y las habilidades de motricidad fina.
Al mismo tiempo, este juguete para niños incrementa la coordinación motora bilateral y coordinación óculo-manual, mientras contribuye a mantener la regulación de las emociones y el comportamiento.