Las suculentas se han vuelto muy populares entre los amantes de la naturaleza y la decoración por su belleza, sus múltiples formas y colores y por su cuidado apto para principiantes en la jardinería.
Sin embargo, entre las numerosas especies que existen distribuidas en todo el mundo, aparece una suculenta que se distingue del resto por sus preciosas flores y el potente sabor de sus hojas, al que muchos comparan con el del pepino. Hablamos de la Aptenia cordifolia.
Esta especie conocida como rocío, escarcha y corre corre es originaria de África meridional, pero muy famosa en todo el mundo por su llamativo aspecto, es que la lleva a ser empleada como planta ornamental tanto en interiores como en el jardín.
Sucede que esta especie de porte rastrero, resistente y de sencillo cultivo, tiene una floración que puede extenderse durante todo el año en sitios de clima templado. Es en ese momento donde sus flores tienen un protagonismo indiscutido.
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Estas son de pequeño tamaño pero con colores vivos y atractivos que se apoderan de todas las miradas. Incluso, otra característica que las hace mucho más especiales, es que estas flores se mantienen abiertas durante el día y van cerrando sus pétalos al caer la noche.
En cuanto a sus hojas, debemos decir que estas son perennes y sumamente carnosas y cuyo follaje ha demostrado tener un acelerado crecimiento, motivo por el cual esta suculenta suele ser usada para cubrir superficies en poco tiempo.
Como si fuera poco, la Aptenia cordifolia también es una planta comestible a la cual muchos le atribuyen un sabor muy parecido al del pepino, por lo que se la utiliza como guarnición, en ensaladas o como componente de algunas preparaciones.
En definitiva, esta suculenta de increíble aspecto y potente sabor, es una joya de la jardinería y cultivarla en casa nos permite disfrutar de sus beneficios culinarios y ornamentales.
Sobre su cuidado
Para que esta planta se vea siempre lozana y deslumbre con su aspecto, es fundamental ubicarla en sitios a pleno sol y aunque resulta muy resistente a las elevadas temperaturas, debes tener en cuenta que es bastante sensible a las heladas, por lo que durante el invierno es mejor mantener al resguardo del viento.
Al mismo tiempo, para que su crecimiento sea rápido, el sustrato en el que has elegido cultivarla debe permanecer siempre húmedo, aunque, como dijimos en el inicio, es muy resistente y puede soportar sequías gracias al líquido que almacena en sus hojas carnosas.
Por último, debes tener en cuenta de cultivarla sobre un suelo que tenga un adecuado drenaje ya que esta suculenta de majestuosa apariencia y singular sabor es intolerante a los encharcamientos.