Uno de los mayores problemas dentro del mundo de la jardinería es la falta de floración, un crecimiento lento y poco efectivo, o que las plantas no brinden frutos de buena calidad. Cada una de estas complicaciones se pueden remediar con un simple ingrediente que hay en todos los hogares: harina.
Ahora bien, al existir distintos tipos de harinas, en este secreto de jardinería nos vamos a centrar en tres: harina de maíz (maicena), trigo y arroz. Cada una de ellas ofrece múltiples y diversos beneficios a las plantas, los mismos serán detallados a continuación.
Por el lado de la harina de maíz es importante para colaborar con los frutos de la vegetación, al ser rica en fósforo y calcio se recomienda su aplicación en árboles frutales o cítricos. Es importante su utilización en tres momentos: cuando se está desarrollando la fruta, cuando están madurando y al momento de recolectar el fruto.
La harina de arroz mejora la floración gracias a sus compuestos de almidón. Se aplica cuando alguna planta no está floreciendo de manera correcta para colaborar con su desarrollo. Por último la harina de trigo es útil para el crecimiento. Contiene potasio, vitaminas, calcio y potasio, emergiendo como la alternativa ideal para todo tipo de plantas y vegetación.
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¿Cómo aplicar la harina en las plantas?
Existen dos procesos por el que se puede realizar: de liberación instantánea y de liberación medio rápida, en ambos casos las dosis a utilizar son muy importantes. En la primera de ellas se coloca una cucharada de harina en cada planta y se esparce alrededor del ejemplar. Una vez bien distribuido se debe mezclar con la misma tierra para, además de colaborar con el crecimiento, ahuyentar a las plagas.
Sus beneficios son innumerables, destacándose la gran capacidad de absorción del agua, reduciendo la frecuencia de sus riegos. Con la harina (y su materia orgánica) la tierra adquiere una textura más esponjosa y provee al sustrato de todos los nutrientes especificados. Este proceso se puede repetir una vez al mes.
Mientras que la aplicación de liberación medio rápida se realiza con la ayuda de una regadera y la harina, del tipo a elegir según los beneficios buscados. Se mezcla una cucharada con agua y se riega cada una de las plantas sin excederse con la cantidad. La frecuencia para su aplicación es de dos a tres semanas.
Y por último: ¿se pueden utilizar los tres tipos de harinas juntos? La respuesta es sí. Para colaborar con el crecimiento, desarrollo y frutos de las plantas al mismo tiempo se pueden aplicar las tres harinas a la vez, con cualquiera de los dos procesos. Para resaltar: en ambos casos se deben utilizar en partes iguales para su rápida eficiencia.