La lavanda es una de las plantas más buscada por los paisajistas gracias a su increíbles beneficios. Es por eso que hoy te vamos a enseñar a reproducirlas y cuidarlas con un infalible truco de jardinería.
Gracias al color violáceo de sus flores como también por su característico aroma, la lavanda es una de las plantas preferidas del jardín que además ayuda a mantener la biodiversidad del mismo.
Gracias a sus floración, la lavanda es capaz de atraer a los insectos que ayudan a la polinización, al igual que mantener alejadas algunas plagas debido a su potente aroma.
Por todo esto, muchos esperan contar con una amplia variedad de lavandas, siendo la reproducción un punto clave para evitar gastos excesivos y lograr los mejores resultados.
Te podría interesar
Reproducción por semillas
Una de las técnicas más habituales de la jardinería es la de plantar una semilla y esperar que la planta se reproduzca. Este proceso se realiza de manera natural en las especias de lavanda silvestre, pero lo cierto es que nosotros podemos conseguir las típicas bolsas de semillas para llevar a cabo el proceso.
En su hábitat natural, al llegar la temporada fría la lavanda va secando su flor y como resultado nos deja una gran cantidad de semillas maduras que caen al suelo, se protegen del frío y luego vuelven a germinar en los primeros días de primavera.
Para llevar adelante la germinación, lo ideal será plantarlas en un almacigo durante el otoño y dejarlas expuestas a las condiciones climáticas, reproduciendo su proceso de manera natural.
Reproducción por esquejes
Sin embargo, una de las técnicas más utilizadas en la jardinería es la reproducción por esquejes. Para ello, necesitaremos cortar un gajo de la planta de al menos 20 centímetros, limpiando la parte inferior dejando solo el tallo leñoso y luego, conservando algunas de sus hojas superiores para completar la fotosíntesis.
Para conseguir que salgan las raíces, debemos sumergirlo en agua y conservarlo en un lugar iluminado, asegurándonos de que no reciba el sol directo. Se pueden utilizar enraizadotes de todo tipo, pero acá te recomendamos uno natural a base de aloe vera.
Cuidados
Una vez que tengamos listos nuestros brotes o esquejes de lavanda, te dejamos algunos tips y consejos para que el cuidado de tu planta sea efectivo.
En principio, la lavanda necesita una buena dosis de luz entre 6 a 8 horas diarias. En cuanto al suelo, suele adaptarse a varios tipos de terrenos al igual que es bastante resistente a varios días sin riego. En este punto se recomienda dejar secar la tierra completamente antes de volver a nutrirla con agua.
Por último, con la llegada del otoño se sugiere realizar una pequeña poda con el fin de que tu planta de lavanda entre en el proceso de descanso y vuelva totalmente rejuvenecida para la primavera donde volverá a regalarte sus mejores colores y aromas.