El estudio del planeta Tierra no tiene descanso y si bien muchas veces está centrado en como lo afecta el propio hombre, lo cierto es que otros se dedican a encontrar factores externos como podría ser el propio sol.
La combinación de la luz y el calor que llegan a nuestro planeta de la mano del sol y a la vez, el contacto con la atmosfera terrestre, son factores determinantes para que la vida se abra paso tal cual la conocemos.
Sin embargo, la comunidad científica que se dedica a la investigación de nuestro astro rey ha detectado un proceso inusual que escapa de nuestro dominio y solo suma preocupación ante las posibles consecuencias que podrían hacerse presentes.
De un tiempo a esta parte, lo que se conoce como tormentas solares parece ser fenómenos que se replican con mayor frecuencia, generando diversos impactos en nuestro planeta.
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Uno de los más difundidos puede ser el que inhabilite los sistemas de comunicación terrestres a raíz de un fuerte impacto como ya ha pasado en pasados no muy lejanos.
El otro, se ve manifestado en el notable ascenso de las temperaturas que se registran en los últimos años en la Tierra, un poco generadas por la contaminación ambiental interna y otro poco, por una alarmante actividad solar que se viene llevando la atención en los últimos años.
Llegando a la cima
En ese sentido, la ciencia ha logrado registrar el aumento de las temperaturas en la capa más distante de la atmósfera, el cual se ha elevado de manera considerable en el último año.
Entre enero y febrero del 2023 se dieron tres tormentas solares que a las que sumó una más en marzo y otra en abril. La temperatura registrada en la atmósfera a raíz de la intensa actividad del sol y esperan que el pico más alto llegue antes de la finalización del 2023, la cual no acarrea en principio complicaciones para la vida humana pero si para los satélites que orbitan el planeta.