El profesor de ciencias biológicas Michael Knoblauch, con publicación en “Nature Plants”, fue quien difundió esta investigación de la Universidad Estatal de Washington. Los resultados arrojan pruebas contundentes de que las plantas responden al contacto a pesar de no contar con sistema nervioso.
El proceso por el que las plantas perciben el estímulo físico de las personas ocurre mediante el envío de señales de calcio a otras células, esto será mayor o menor según sea el tiempo de conexión que exista y el momento en el que finaliza dicho contacto.
¿Cómo fue la investigación?
Para el trabajo de campo se llevaron adelante 84 experimentos en 12 plantas distintas, las especies que se utilizaron van desde berros de thale hasta plantas de tabaco cultivadas especialmente para la investigación. En un trabajo microscópico se tocaron levemente algunas de las células vegetales y se observó en detalle cuál era su reacción.
Lo más remarcable en el estudio fue el período de tiempo entre el inicio y la finalización del contacto, observando ondas lentas de iones de calcio al cabo de los 30 segundos, derivando en la propagación de células con una duración de tres a cinco minutos.
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En palabras de Michael Knoblauch, resumió esta investigación de la siguiente manera: “Es sorprendente lo finamente sensibles que son las células de las plantas, que pueden discriminar cuando algo las toca. Sienten la presión, y sienten la caída de la presión”. Reparando además en las diferencias que hay con el mundo animal al carecer la flora de células nerviosas.
Sin conformarse con los datos obtenidos, el equipo de investigación ya ha determinado cuál será el siguiente paso para seguir avanzando en el conocimiento y comportamiento de las plantas: descubrir cómo responden los genes ante el contacto. Gracias a los constantes avances tecnológicos cada día se está más cerca de hallar esta respuesta.
Los términos científicos pueden sonar un poco complejos, o el mismo procedimiento que se realizó en las 12 especies, pero la respuesta no deja de sorprender: a pesar de la inexistencia de un sistema o células nerviosas, las flores y plantas perciben el contacto humano. Sin tener este conocimiento ya son muchos los jardineros que no sólo aplican estímulos físicos, sino también existen quienes les hablan a las especies del mundo vegetal.