Los años transcurren, las generaciones avanzan y con ello las tradiciones van sufriendo distintos cambios. En cuanto a la familia convencional, conformada por madre, padre e hijos, en el presente los jóvenes “millennials” han reinventado su propia concepción de lo que se trata la familia tradicional.
En la actualidad son cada vez más los jóvenes que adoptan mascotas, siendo perros y gatos los más elegidos, y los tratan como si fuesen sus hijos. Sí, los animales domésticos han ganado un lugar muy importante en la familia, a tal punto que se han transformado en un integrante más de la misma.
En el pasado, y pleno auge de la familia convencional, el perro generalmente tenía su lugar en el patio, ingresando al hogar en contadas ocasiones. Hoy en día los perros y gatos conviven en la propiedad como uno más.
Shelly Volsche, antropóloga de la Universidad de Nevada, Estados Unidos, profundizó en el porqué de esta elección de los jóvenes millennials. Cuidar y criar a un perro o gato, llamados en esta ocasión “perrhijos o gathijos”, conlleva una importante responsabilidad, pero no se compara con la de tener un hijo.
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“Los animales también identifican a estos seres humanos como una figura de cuidado, cariño y sustento” detalla la antropóloga, remarcando la reciprocidad que existe en la relación con nuestras mascotas. Y a la inversa completa: “Los seres humanos rellenan su necesidad de cuidar y ver por alguien más con los animales de compañía”.
Otros factores que explican este comportamiento
Complementando al factor de la responsabilidad que conlleva tener un hijo o hija, existen otras razones que explican este comportamiento tan habitual en el presente por los jóvenes. Y las principales van desde la inmediatez, hasta la precarización laboral y la carencia de viviendas propias, que emergen como las ideales para adoptar una mascota, y así ampliar la familia.
Es importante tener pleno conocimiento de que tanto los perros como los gatos no son seres humanos, claro está. Por lo que “familiarizarlos” puede generarles algunos problemas a futuro. Al criarlos como humanos, los cambios rotundos o la separación por un tiempo prolongado pueden provocarles episodios de ansiedad y estrés, afectando también a su salud.
La popularidad de los perrhijos o gathijos está creciendo como nunca antes, y más allá de la responsabilidad que conlleva la crianza de una mascota, es importante también tener en cuenta los conflictos que pueden existir detrás de este comportamiento. Lejos de la familia convencional, los jóvenes “millennials” han decidido incorporar a los animales como un miembro importante en su hogar.