De las numerosas especies de suculentas que fueron descubiertas hasta el momento, las Piedras vivas son quizás una de las más exóticas y llamativas por su asombrosa apariencia y por su sencillo cuidado.
Sin embargo, hay algunos puntos esenciales que debemos tener en cuenta a la hora de su cultivo y cuidado para hacer posible que nuestra mini suculenta Piedras vivas conserve su majestuosa apariencia y su tamaño reducido de manera permanente.
Sucede que para cultivar esta especie, también conocida como Lithops, podemos hacerlo de dos modos diferentes; mediante semillas que contiene la flor que nace en otoño e invierno o por división, siendo la primera opción quizás la forma más barata y gratificante de conseguir una amplia colección.
Entonces, si vas a cultivar tus suculentas Piedras vivas mediante semillas, debes saber que puedes hacerlo en cualquier momento del año, pero será mucho más beneficioso si esperas unos seis meses para plantarla después de su recolección.
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El procedimiento en sí es similar al de cualquier otra planta suculenta, aunque como esta especie puede echar raíces bastantes largas, los expertos recomiendan ubicarlas en macetas de 3 a 5 centímetros de profundidad.
Una vez sembradas las semillas, esta suculenta necesitará buena iluminación pero en una zona sombreada, para impedir que la alcance los rayos del sol de manera directa.
En cuanto al riego, durante las primeras cuatro semanas será fundamental el riego por inmersión, es decir, colocando las macetas en un recipiente con unos 2-3 centímetros de agua para que absorba solamente el líquido necesario para poder crecer y desarrollarse. Luego, cuando la maceta esté completamente húmeda, la quitamos del recipiente.
Por otro lado, si preferimos hacer su reproducción mediante división, debemos tener en cuenta que algunas especies crecerán más de una cabeza mientras que otras se agruparán alrededor de un sistema de raíces compartido, que permitirá separarlas y dividir las yemas para generar nuevas plantas.
En este caso, el cuidado debe estar enfocado en el riego, ya que la planta Piedras vivas tiende a pudrirse con facilidad en caso de recibir un exceso de líquido, por lo que sugieren regar solamente en los meses de crecimiento, primavera y verano.
Al mismo tiempo, esta especie necesita estar ubicada en una zona donde les dé la luz del sol de manera directa, por lo menos, entre seis y siete horas al día. Durante el resto del día, lo mejor será ubicarla en un sitio de semisombra.
De esta manera, siguiendo estas recomendaciones, podremos tener la tranquilidad de saber que ambos métodos de cultivos son efectivos y que el cuidado correcto permitirá que, en algunas semanas podamos admirar toda su belleza y esplendor.
Un joya en la decoración
Como mencionamos en el inicio de la nota, la planta Piedras vivas es una especie perfecta para embellecer interiores, patios y terrazas, teniendo en cuenta que puede llegar a medir, como máximo cinco centímetros de altura, lo que provoca que su versión en miniatura sea perfecta para colmar de color cualquier rincón.
Lo mejor de todo es que se trata de una mini suculenta que puede llegar a producir unas flores sumamente delicadas, motivo por el cual termina siendo una de las plantas ideales para ornamentar interiores.