El aceite de almendras es muy utilizado en el mundo cosmetológico gracias a sus múltiples propiedades y beneficios para el cabello, pero sobre todo la piel. Es una buena fuente de nutrición, pues este fruto está lleno de grasas saludables, fibra, fitoquímicos, vitaminas y minerales. Por eso, hoy queremos enseñarte a obtenerlo de manera casera.
Por sus propiedades estéticas, este aceite puede contribuir a tratar problemas de piel seca, cicatrices y acné. Contiene vitaminas A, B, K y especialmente vitamina E, esta última un potente antioxidante y principal aliado en la lucha contra su envejecimiento. Así que, si tu intención es lucir una piel de porcelana, sigue leyendo la nota.
Por si no sabías, además, es rico en grasas monoinsaturadas, Omega 9 o ácido oleico (62-86%), Omega 6 o ácido linoleico (20-30%) y Omega 3 o ácido linolénico (0,5%) además de antioxidantes y minerales esenciales para el organismo.
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Por esa razón, es beneficioso en la nutrición e hidratación de la piel, ayuda a tratar enfermedades como el eccema y la psoriasis, alivia el malestar de las erupciones cutáneas y calma las irritaciones.
Como si fuera poco, reduce la inflamación, la picazón y el enrojecimiento de la piel y ayuda a tratar los labios agrietados y las alergias tópicas.
A continuación, te contamos cómo elaborar tu propio aceite de almendras con los elementos que tienes en casa.
Ingredientes:
- 2 tazas de almendras
- 3 cucharadas de agua tibia
Procedimiento:
Lo primero que vamos a hacer es procesar las almendras sin lavar ni remojar. Ahí mismo, agregamos el agua.
Haremos este proceso por 15 minutos, hasta que queden bien trituradas. Te darás cuenta que la textura está lista cuando la notes algo grasosa, sin grumitos ni trocitos.
Luego vamos a pasar la mezcla a otro recipiente más grande para que vaya desprendiendo todos sus aceites y sea más fácil a la hora de extraerlo ya que es un proceso hecho a mano. Luego déjala reposar de 10 a 15 minutos.
Lo siguiente es extraer el aceite. Para eso, vamos a necesitar un recipiente nuevo, un colador, y dos retazos de telas limpias.
Ahora vamos a pasar pequeñas cantidades de la mezcla al bowl, pero dejando la tela como base.
Luego debes retorcer la preparación que colocamos en la tela hasta que notemos que empieza a solar el aceite de las almendras. Ten en cuenta que deberás hacer bastante presión con tus manos.
Un consejo súper importante. Si no tienes mucha fuerza y se te hace difícil retorcer la tela, puedes tomar dos cuchillos de untar para colocar en las puntas, y así ejercer la presión con ayuda de estos utensilios.
De esta manera, no te dolerán los dedos, y podrás extraer mucho más aceite. Luego haz lo mismo, pero con la otra tela, para seguir sacándole todo el jugo a las almendras.
Y aquí, el resultado de nuestro esfuerzo. Con las dos tazas de almendras logramos obtener aceite para cuatro colocaciones.
Para terminar, le vamos a dar una última colada para eliminar cualquier grumito que haya podido quedar y listo.
Una vez que te empieces a aplicar tu aceite de almendras natural, comenzarás a notar que tu rostro luce más terso, suave y elástico. Significa que tendrás una piel de porcelana flexible y saludable por más tiempo.