Los mosquitos suelen ser de los insectos más molestos que nos podemos encontrar, tanto por su penetrante zumbido al igual que por sus continuas picaduras. En ese sentido, la ciencia parece haber encontrado un porqué en la fascinación que tiene por los humanos.
A esto se le suma que, según que especie de mosquito (la Aedes Aegypti) son capaces de transmitir enfermedades como el Dengue, Zika o Chikungunya las cuales afectan la salud de las personas.
Pero en este caso, los investigadores del Instituto Politécnico y Estado de Virginia partieron desde la siguiente pregunta: ¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras?
El objetivo era determinar cuales son los factores externos a cada persona que las vuelven un imán para los mosquitos, mientras que otras en cambio, pocas veces se enteran de su existencia.
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Para ello, recayeron en la posibilidad de la utilización de jabón, un producto que la especie humana utiliza para el aseo personal, ya sea tanto en el cuerpo como en la ropa.
Basados en que, si bien las hembras son aquellas que se alimentan de sangre para culminar el ciclo reproductivo, también es cierto que los mosquitos complementan su alimentación con los azúcares de las plantas.
Olor a flores
Teniendo en cuenta este punto, los investigadores decidieron poner el foco en los aromas que desprende el jabón como un posible imán para los mosquitos, razón por la cual decidieron llevara adelante un curioso experimento.
Para ello, cuatro voluntarios aportaron una prenda sin lavar y otras luego de haber utilizados los jabones para tela más populares en el mercado.
Con la muestra, los investigadores detectaron que los mosquitos (hembra en este caso) tenían cierta predilección por la ropa, la cual en este caso no era portada por sus dueños para así evitar los olores y otros atrayentes de estos insectos.
Sin embargo, la ciencia logró comprobar que los mosquitos mostraron su predilección por la ropa en base a sus aromas desprendidos de los jabones utilizados para su lavado dejando en evidencia que ciertas fragancias pueden resultar apetitosas para ellos.