Una frase comúnmente utilizada reza que “la naturaleza es sabia” y es esto se debe a que la ciencia se ha encargado de demostrar que la combinación de todas sus especies vivientes dan como resultado un ecosistema que se auto regula.
Uno de los grandes protagonistas de este ciclo son sin dudas los insectos polinizadores quienes se encargan, entre otras cosas, de reproducir la flora que nos encontramos alrededor de todo el planeta. Pero en este caso, la ciencia volvió a arrojar sorprendentes datos.
Según el conocimiento popular, las abejas son consideradas como uno de los insectos más laboriosos del mundo, teniendo entre dichas labores la capacidad de polinizar las plantas.
El trabajo que llevan a cabo de los insectos polinizadores impacta de lleno en procesos como la formación del suelo, la purificación del agua y la regulación del clima, entre otros.
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Pero lo cierto es que, un grupo de investigadores británicos de la Universidad de Sussex descubrieron, para sorpresa de muchos, que las abejas no son el insecto con mayor eficacia a la hora de polinizar las plantas.
En base a la recolección de datos, la ciencia logró confirmar que el insecto que se lleva el porcentaje más alto a la hora de la polinización es la polilla, la cual a diferencia de la abeja, tiene un imaginario social mucho más negativo en lo que respecta a la convivencia con los seres humanos.
Mejor de noche
Con la idea de cuantificar y calificar cuales eran los insectos más aptos para la polinización, este grupo de científicos decidió monitorear una zona de arbustos de zarzamora a fin de conocer cuales eran sus principales visitantes.
Si bien la abeja como la mosca de las flores fueron la que más aparecieron en la etapa diurna, lo cierto es que la actividad nocturna de las polillas marcó una mayor índice de polinización de la zarzamora, ubicándola como el insecto más eficiente la hora de suplir esta labor.
Con este dato, la ciencia pone de manifiesto el rol fundamental que cumple la polilla en el ecosistema, dejando abierta la posibilidad de conservación de parte del ser humano para provechar de sus beneficios ocultos hasta el momento.