Los cactus suelen ser una de las plantas predilectas para la decoración de tu casa, dado que se adaptan a vivir tanto en interiores como en exteriores. Esta condición los ha llevado a lograr una amplia popularidad entre los amantes del verde.
Además, se suma el dato no menos importante de que el cactus, siendo parte de la familia de las suculentas, requieren muy poca dedicación de tiempo para sus cuidados.
Sin embargo, a la hora de realizar un cambio de maceta, hay que tener en cuenta una serie de aspectos que no solo protegerán a la planta sino también a uno mismo.
Una de las principales características del cactus son sin dudas sus espinas, las cuales dificultan una manipulación adecuada. Es por eso, que hoy te traemos un guía paso a paso para que puedas realizar el trasplante sin mayores inconvenientes.
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Paso a paso
Lo primero que debemos tener en cuenta es preparar las herramientas adecuadas. Para llevar adelante esta acción sin problemas, nos vamos a valer de unos guantes gruesos para proteger nuestras manos de sus espinas, al igual que una pinza pequeña para manipular la planta.
También sería necesario contar con papel periódico, un paño grueso, el sustrato y la maceta donde se realizará el trasplante.
Luego, el procedimiento adecuado será ir aflojado la tierra donde se encuentra el cactus con una pequeña herramienta para poder sacarlo sin dañar sus raíces. Asegúrate de llegar a todos los recovecos de la maceta.
Con los guantes puestos y cubriendo la planta con el papel de diario o el paño grueso, retiramos con cuidado la planta procurando no dañarla.
Una vez afuera, será necesario limpiar bien las raíces despejándola de la tierra anterior con un pequeño pincel. En este punto, aprovecha a verificar el estado de sus raíces para asegurarnos que no tiene hongo o alguna otra especie de plaga.
A estas alturas, deberíamos tener la maceta receptora lista. Es imprescindible contar con un buen drenaje de agua que evite el encharcamiento, dado que este podría pudrir tus raíces.
Para el trasplante, introducimos el cactus limpio y poco a poco le vamos acomodando la tierra a sus costados hasta asegurarnos de que quede firme y erguido.
Por último pero no menos importante, para que el cactus se adapte a este nuevo espacio es necesario no regarlo enseguida. También cabe destacar que la mejor época para realizar este procedimiento es al inicio de la primavera cuando la planta esta en la etapa activa de crecimiento.