La Euphorbia mili, pero popularmente conocida como corona de Cristo o planta corona de espinas, proviene de Madagascar, y se trata de una especie que puede alcanzar el metro de altura. El nombre se debe a que, cuenta la leyenda, sería la planta que utilizaron para confeccionar la corona de Cristo.
Con las condiciones adecuadas, esta especie de suculenta puede florecer todo el año sin que los cambios de climas afecten su desarrollo. Por su origen, esta planta no soporta las temperaturas muy bajas, ni los veranos calurosos y secos, se recomiendan temperaturas entre los 20 y 30 grados.
Al momento de pensar un espacio para que descanse la corona de cristo lo ideal sería en un sitio soleado. En caso de ser una planta de interior, esta especie necesitará por lo menos 3 horas de sol cada día. El invierno, por su procedencia tropical, se transforma en su principal enemigo, siendo una posibilidad que pierda sus hojas.
La principal característica de esta especie de suculenta, y lo que explica su popularidad, es que lo brotan flores todo el año, que pueden ir desde un color rojo intenso o rosado.
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Secretos y recomendaciones
En cuanto al sustrato para la corona de cristo necesita de un suelo rico en nutrientes, pero que no retenga el agua ni humedad por largos períodos; o en caso de encontrarse en el jardín zonas donde no se estanque el agua al momento del riego. Lo importante será un eficaz drenaje.
A pesar de que este tipo de planta no requiera de poda, sí es vital controlar frecuentemente su crecimiento y la forma, la mejor estación para regularmente trabajar en la corona de Cristo es en verano. Utilizar tijeras esterilizadas y cortar las partes que hayan crecido demasiado.
Los principales motivos por los que esta variedad de suculenta no dé flores pueden ser dos: primero, que no reciba suficiente luz, o segundo, que la temperatura sea muy baja.
La corona de Cristo es una especie de planta muy elegida en los hogares no solo por su belleza e historia pasada, sino también por sus fáciles cuidados y porque se trata de una variedad que puede florecer todo el año, embelleciendo los jardines o terrazas sin importar la estación.