El arroz es un producto noble y versátil, tanto así que ha demostrado ser muy beneficioso para todo tipo de piel, incluso aquellas más sensibles, por lo que tiene un gran valor en la cosmética natural.
Teniendo en cuenta esto, en esta nota vamos a mencionar los principales beneficios que el arroz puede aportarle a tu piel y vamos a enseñarte a elaborar un jabón de arroz casero muy útil para disminuir las arrugas.
Lo primero que debemos decir es que este cereal tan usado en la cocina es rico en vitamina E y B, por lo que presenta propiedades antioxidantes, blanqueadoras y antienvejecimiento que sirven para contrarrestar el paso del tiempo, calmar la irritación y combatir el acné. Como si fuera poco, también resulta ser muy efectivo para aclarar las manchas de la piel.
En definitiva, se trata de un producto que es considerado como un poderoso humectante dentro de la industria de la cosmética natural, debido a que funciona como un gran aliado para lucir una piel tersa, suave, radiante y luminosa.
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¿Cómo elaborar un jabón de arroz casero?
Lo primero que tienes que hacer es triturar 4 cucharadas de arroz hasta obtener un polvo y lo vas a reservar a un costado.
A continuación, vas a colocar el jabón de 250 de glicerina de 250 gramos sobre un recipiente y lo vas a llevar a derretir a baño maría. Cuando esto suceda, vas a añadir el polvo de arroz que obtuviste en el primer paso, junto con 2 cucharadas de aceite de almendras.
Tras mezclar bien y conseguir que los ingredientes se hayan unificado, vas a retirar el recipiente del fuego y vas a proceder a agregar la cápsula de vitamina E para que se funda.
Por último, tienes que volcar la preparación sobre un molde apto para líquidos de alta temperatura y dejarás que repose allí toda la noche.
Durante ese tiempo, el líquido se va a solidificar y el jabón estará listo para ser aplicado sobre el rostro y el cuerpo un par de veces a la semana.
De esta manera, podrás aprovechar al máximo los beneficios de este jabón de arroz 100% natural, económico y elaborado con tus propias manos, que será el principal artífice de que presumas una piel lozana y renovada.