Dentro del amplio mundo de las plantas existen ciertas especies que han sido utilizadas a lo largo de los años como base para la creación de algunos remedios caseros. Tal es el caso de la Santolina.
Esta planta originaria del mar mediterraneo se ha llevado su popularidad gracias a su bellas flores amarillas y follaje plateado, como también a los múltiples usos medicinales que nos brinda la Santolina.
Esta especie suele crecer de la mejor manera dado que tiene la capacidad de adaptarse a cualquier tipo de suelo. Sin embargo, a la hora de su cultivo preferirá un sustrato con buen drenaje para evitar encharcamientos que ponen en riesgo su crecimiento.
La planta es bastante resistente y se desarrolla mejor recibiendo una buena dosis de sol diaria de manera directa y riego espaciado, esperando a que el sustrato se seque por completo.
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La Santolina es considerada una planta aromática y por ello es conocida para alejar plagas o insectos de nuestro jardín. Suele utilizarse tanto en canteros, bordes y macetas gracias a su gran adaptabilidad y fáciles cuidados llegando a alcanzar unos 70 centímetros de alto.
Si bien la Santolina posee amplias cualidades ornamentales, lo cierto es que ha sido utilizada a lo largo de los años como planta medicinal, ayudando a curar ciertos males del cuerpo. No obstante, siempre se recomienda consultar a un médico antes de su consumo.
Características medicinales
Una de las propiedades medicinales de la Santolina es su poder antiinflamatorio, la cual la ha convertido en un remedio efectivo y natural para tratar dolores como la artritis, entre otros problemas de inflamación en el cuerpo.
También ha sido utilizada a lo largo del tiempo como analgésico, utilizada principalmente para reducir la inflamación de garganta y como tratamiento de la afonía.
Además, se destaca su capacidad para mejorar la digestión, lo que llevó a popularizar el uso de esta planta para el tratamiento de males menores como la indigestión y gases.
A la horta de consumir esta planta, una de las formas más tradicionales es mediante el té o infusión. Para ello se deben cortar sus ramas en pequeños trocitos y colocarlos rápidamente en un recipiente con agua hirviendo. A los diez minutos, la infusión estará lista para su consumo.También puede consumirse a base de aceites esenciales.