La Puya raimondii, también conocida como “Reina de los Andes” es una planta endémica de la zona altoandina de Perú y Bolivia, que tiene asombrosas cualidades que la hacen sumamente especial.
Sucede que esta planta perenne sigue sorprendiendo a los expertos por el extraño comportamiento de su floración, la cual se produce una vez cada 100 años, siendo ese momento tan importante de la Puya raimondii un espectáculo imperdible.
Se trata de una especie que cuando se encuentra en estado de inflorescencia puede alcanzar los 15 metros de alto y tiene entre 50 a 70 centímetros de diámetro, la cual crece erecta desde una roseta de hojas.
Estas hojas son de color verde verdes, duras y delgadas, las cuales pueden llegar a medir hasta 6 centímetros de ancho y 2 metros de largo, y lo más llamativo de estas es que en los márgenes tienen espinas de un centímetro de ancho.
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Sin embargo, nada es más extraño que su floración, ya que esta ocurre una sola vez cuando la planta tiene entre 80 y 150 años y tras haber florecido y producido las semillas, la Puya raimondii muere. Una característica propia de las plantas monocárpicas.
Si bien se sabe que las especies criadas en jardines botánicos pueden florecer mucho antes, hubo un caso en la Universidad de California donde la planta floreció, apenas, a los 24 años, provocando el desconcierto de los investigadores, quienes estudiaron el caso para intentar entender los motivos de este raro suceso.
Lo cierto es que llegado el momento de esta esperada floración, la “Reina de los Andes” puede producir cerca de 20.000 flores en un periodo de tres meses, las cuales se caracterizan por su color blanco cremoso, su tamaño mediano y porque al brotar los colibríes realizan la polinización. Incluso, allí también es cuando produce varios millones de semillas.
Sobre su hábitat
La Puya raimondii es la especie de mayor tamaño de la familia Bromeliaceae y habita por encima de los 3800 m s.n.m., más precisamente en pendientes rocosas y arbustivas, siendo el sitio de mayor abundancia de esta planta el bosque de Titankayoc, en Perú, donde pueden encontrarse hasta 200.000 ejemplares.
Además, como la especie está especialmente adaptada a las condiciones del lugar que habita, es posible que no crezca ni siquiera en los terrenos aledaños, con características geológicas y ambientales muy similares al sitio donde creció originalmente.
Esto influye también en el hecho de que la especie esté incluida entre las plantas en peligro de extinción, puesto que la disminución de la población es consecuencia de los incendios en su hábitat natural, el declive de la diversidad genética y el perjudicial cambio climático.
Usos de la especie
Uno de los usos de esta planta nativa de Sudamérica es comestible, ya que los pobladores consumen su pulpa y la ofrecen a los habitantes de las comunidades cercanas, siendo un producto infaltable en las festividades en los pueblos andinos.
Por otro lado, en algunas regiones del Perú secan la parte central de la inflorescencia, lo transforman en polvo y lo usan para sazonar a las comidas. Además, algunas provincias someten la pulpa a un proceso de fermentación para obtener una bebida conocida como chicha, que es consumida en ocasiones especiales.
Lo cierto es que además de su uso comestible, la “Reina de los Andes” fue ganando terreno como especie ornamental, donde se la incluye en la decoración de jardines y de espacios abiertos.
Incluso, sus flores secas son usadas como ornamento en la “Fiesta de las Cruces”, que se celebra en mayo, en todas las regiones de Perú.
En conclusión, la planta Puya raimondii es especial por donde se la mire y sus características y usos, hacen que se la considere como un verdadero regalo de la naturaleza.