En el año 1960 David Latimer creo lo que se conoce como un jardín eterno, donde la vida de las plantas y flores se autorregula al punto tal que no requiere cuidados de ningún tipo.
Podría decirse que la inspiración de este artista es el propio planeta Tierra, donde todo el ecosistema se regula de manera tal que plantas, flores, animales y diferentes factores abióticos pueden sobrevivir sin el contacto con el exterior.
En esta ocasión, te enseñaremos los factores necesarios para tener en cuenta a la hora de crear tu propio jardín eterno con flores inmortales para incluirlo como parte de la decoración de tu hogar.
En principio, cabe destacar que el éxito de este experimento radica en los cuidados que se le den al inicio, buscando llegar al punto de auto estilización, donde ya no será necesario ningún tipo de intervención.
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Paso a paso
Lo primero que debemos conseguir será un frasco transparente o de vidrio, que tenga tapa. Allí, comenzaremos colocando en el fondo una capa de arena o grava fina, la cual tendrá la capacidad de evitar los encharcamientos y así, garantizar que tus plantas no se pudran.
Luego, se debe añadir una ligera capa de carbón en trozos pequeños. Este ayudará a eliminar bacterias y patógenos que podrían aparecer producto de la humedad.
Por encima, será el turno de un sustrato universal para plantas, el cual se podría realizar de manera casera combinando partes iguales de humus de lombriz y turba o tierra negra y añadiendo una porción de perlita, vermiculita o tepojal.
A continuación, será el turno de las plantas. A la hora de elegirlas, se recomiendan especies no muy grandes y preferentemente tropicales dado que soportan mejor la humedad del ecosistema.
Por último, rociamos bien toda la planta y el suelo con un atomizador, evitando encharcamientos excesivos. Una vez hecho, tapamos el frasco.
Consideraciones
Cabe destacar que este tipo de jardín eterno se autorregula, siendo todos sus componentes igual de importantes. Los primeros días serán cruciales para lograr un ecosistema estable que tenga la capacidad de sobrevivir por sí solo.
Iluminación
La luz solar será el único factor externo que reciba nuestro jardín, necesario para conseguir la fotosíntesis. En este punto, requerirá una temperatura que oscile entre los 15 °C a 25 °C.
El proceso de fotosíntesis hará que la planta transpire y devuelva el líquido a la atmósfera, el cual volverá a ser tomado por sus raíces, consiguiendo así una autoregulación.
Suelo y abono
Una de las ventajas de este tipo de jardines es que no requiere de abonos extra para sobrevivir. En este caso, la planta se nutrirá de la descomposición de la materia orgánica propia, además de algunos microorganismos e insectos que mueran dentro.
Riego
En cuanto al riego, en los primeros días el agua se consumirá muy rápido. Es por ello que será necesario abrirlo y volver a rociar con el atomizador. La clave está en mantener el sustrato húmedo todo el tiempo, el cual con el paso del tiempo se mantendrá así.
Para ello, la observación se basa no solo en la condición de la planta, sino también en las partículas de agua que se irán formando en su interior. Si falta, habrá que repetir el proceso de regado y si son muchas, se debe abrir la tapa por una hora para que se evapore.
Siguiendo estos pasos, sin dudas podrás conseguir que tus plantas dentro del jardín eterno sobreviva por muchos años. Aquel que fue creado por David Latimer continúa funcionando aún 60 años después.