Las plantas suculentas brillan con una fascinante variedad de formas, tamaños y colores. Entre estas maravillas se encuentra Adromischus filicaulis, una suculenta de atractiva singularidad que ha permanecido relativamente desconocida para muchos aficionados a las plantas.
Originaria de las regiones rocosas y semidesérticas de Sudáfrica, esta exótica suculenta ha conquistado los corazones de quienes la descubren por sus características únicas y su elegancia natural.
Características
Esta especie se distingue por su peculiar tamaño y su curioso color. Sus hojas, de forma lanceolada, presentan un tono verde grisáceo que se adorna con sutiles matices rojizos, creando un aspecto que captura la esencia del desierto. Añadiendo aún más encanto, las hojas carnosas están moteadas con delicadas pinceladas marrones, otorgándoles un carácter distintivo y atractivo.
Lo más sorprendente de Adromischus filicaulis es su disposición vertical de hojas, que se alzan en forma de lanza. Estas pueden alcanzar dimensiones notables, llegando hasta los 10 cm de longitud y 2 cm de ancho, contribuyendo a su elegancia natural y a su presencia imponente en cualquier colección de suculentas.
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Bajo diversos nombres como Cotyledon filicaulis, Adromischus fragilis, Adromischus fusiformis, Cotyledon fusiformis, Adromischus kleinioides y Brosplakkies, esta suculenta ha sido conocida a lo largo del tiempo. Sin embargo, una de las sub-variedades más destacada es la Adromischus filicaulis, reconocida por sus hojas casi redondas, una característica que añade a su singularidad y la convierte en objeto de admiración.
Cuidados principales
Los cuidados son muy sencillos y similares a los de cualquier otra suculenta. La Adromischus filicaulis necesita de luz directa durante 6 u 8 horas al día y si bien resiste bien a los climas secos, suele encogerse un poco durante el verano.
El riego debe ser ligero y cada dos semanas en invierno y generoso en el verano. Siempre chequea que el sustrato este completamente seco antes de agregar mas agua.
El sustrato debe ser orgánico y puedes agregar gravilla. También es clave que la maceta tenga ben drenaje para evitar encharcamientos.
Debes saber que esta suculenta es de crecimiento lento, por lo tanto, tienes que tener paciencia para verla en su tamaño máximo.
Si quieres reproducirla, puedes hacerlo a través de hoja utilizando un cuchillo afilado y desinfectado, cortando al ras del tallo.
Antes de plantarla en una nueva maceta, deja secar la hoja por unos días para que se forme un callo. De esta forma la hoja absorbe poca agua y evitamos que se pudra por la humedad. Tienes que plantarla de forma que el callo toque directamente el sustrato.
Si no conocías esta suculenta esperamos que te haya gustado nuestro artículo y que te sirvan estos cuidados básicos que te detallamos. Nos vemos en la próxima.