Los huertos urbanos se están volviendo cada vez más comunes en cualquier patio o balcón y para el cultivo en macetas, las plantas aromáticas se perfilan como una de las especies predilectas.
En este caso te traemos la menta, una planta que no solo le va a aportar un aroma característico a tu huerto sino que también la vas a poder consumir y utilizar de varias maneras.
Lo primero que tenemos que saber es que la menta es una planta que puede ser útil en infusiones, cócteles y hasta los remedios o algunos postres, razón por la cual resulta interesante para tenerla a mano.
Para poder aprovecharla al máximo y que crezca de la mejor manera, debemos darle a al menta mucho sol y una cierta cantidad de espacio, dado que algunas especias suelen crecer de manera horizontal.
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La maceta adecuada
La menta necesita extra a una temperatura que ronda entre los 15 y 20 grados centígrados. Además, su drenaje debe ser óptimo para evitar que se encharque, algo que podría llegar a marchitarla. Para ello es recomendable cultivar esta planta en una maceta de 20 centímetros, cubierta con un abono rico en nutrientes.
Riego
El riego es una parte fundamental en la vida de cada planta y es indispensable saber cuales son las necesidades de cada especie. En este caso, la menta demandará un riego constante y con abundante agua, especialmente en la época de crecimiento (primavera y verano).
Durante los meses de altas temperaturas puedes optar por incorporar un fertilizante natural que agregue parte de los nutrientes necesarios y evitar que florezca antes de tiempo.
Poda
Por último, la poda también es un factor a tener en cuenta, sobretodo porque suele ser el menos habitual dentro de los cuidados de tus plantas.
En el caso de la menta, recortar sus hojas y tallos suele ser de gran ayuda cuando se cultiva la especie que crece de manera horizontal para mantenerla bajo control.
Esta simple técnica beneficia al crecimiento de nuevos brotes, potenciando tanto el crecimiento como la floración de tu planta.