Las plantas del tipo suculentas tienen su origen en zonas áridas y desérticas como el desierto mexicano, África y la península de Arabia. Entre sus características, se destacan sus hojas gruesas que almacenan mucha cantidad de agua, lo cual le permite subsistir en climas extremos.
En todas sus tonalidades de color y formas, las plantas del tipo suculentas, son ideales para decorar espacios interiores, como salones, ventanas, cocinas, dormitorio e incluso el baño. Además, la particularidad que tienen, es que no requieren de muchos cuidados para mantenerlas, con lo cual hasta resultará fácil que subsistan así seas un principiante en lo que al cuidado de plantas respecta.
Ahora bien, si bien hemos mencionado que son de fácil cuidado, existen unas series de precauciones que debes tener en cuenta para lograr que estas plantas crezcan y perduren lo más posible. A continuación, te brindaremos algunos consejos para que te vuelvas una experta en la materia.
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¿Cómo cuidar las suculentas?
Iluminación
Depende del tipo de suculentas, requieren entre cuatro y seis horas de luz solar. Es recomendable que las coloques con una sombra que las proteja de los rayos directos. Si ves que sus hojas se ven marrones, quizás sea por exceso de radiación solar; si se vuelven pálidas, es señal de que necesitan más iluminación.
Riego
En general se recomiendan que se riegen una vez por semana (en las temporadas de verano) y durante los meses fríos, hacerlo una vez cada 40 días.
Debes recordar que una de las características principales que tiene esta especie, es que pueden almacenar gran cantidad de agua para soportar las sequías. Por eso, no se deben regar muy seguido, para no ahogarlas.
Temperatura
La mayoría por lo general necesitan el clima seco. Tratá de que estén a temperatura promedio de 75 °F (24°c) en temporada cálida. Durante el invierno, asegúrate de que no baje de los 41°F (5°C).
Drenaje
Uno de los principales enemigos de las suculentas, es el exceso de riego. Para que no tengas problemas con ese aspecto, procura que tu maceta cuente con una salida de drenaje para que la planta no absorba en demasía el agua. Coloca un plato debajo de tu maceta y retira siempre el agua sobrante.