La receta del día de hoy es del viejo recetario de mi abuela y me encanta prepararla para toda mi familia cuando nos reunimos a comer. A todos les encanta la combinación de pollo y champiñones y siempre me piden que la prepare.
La receta original se prepara con masa de hojaldre, aunque también queda muy bien masa tradicional. La clave de esta receta, está en el relleno super cremoso y sabroso, además podés usar sobras de pollo que te hayan quedado de otra comida.
La mayoría de los ingredientes seguro los tenés en casa y el procedimiento de esta receta es muy fácil, a continuación te dejo todo detallado para que no te pierdas de nada.
Te podría interesar
Ingredientes
2 láminas de masa de hojaldre
30 ml de aceite de oliva
1 cebolla
200 gramos de pollo
500 gramos de champiñones
2 cucharadas de harina
400 ml de leche entera
40 gramos de manteca
1 cucharadita de mostaza
Nuez moscada
Sal y pimienta
150 gramos de queso en hebras
1 huevo
Modo de preparación
Para dar inicio a la receta, comenzamos por cocinar los 200 gramos de pollo en horno o parrilla, y cuando esté bien doradito de ambos lados lo retiramos y cortamos en tiritas finitas. Una vez finalizado el proceso, retiramos y reservamos para más tarde.
Por otro lado, cortamos la cebolla en juliana, este corte es en rodajas muy finas, como una pluma. Las llevamos a un sartén con un poco de aceite, agregamos una pizca de sal y sofreímos por 5 minutos.
A continuación, agregamos los champiñones cortados en rodajas, salpimentamos a gusto y revolvemos bien para que se integren los condimentos. Una vez que comienzan a ablandarse, sumamos la manteca, es más o menos una cucharada. Cocinamos por 10 o 12 minutos más.
Cuando los champiñones y la cebolla estén bien blandos y hayan reducido su tamaño agregamos la harina y revolvemos para integrar.
Una vez que no queden rastros de harina, comenzamos a agregar la leche de a poco mientras removemos la preparación. Luego condimentamos con nuez moscada que le dará un sabor increíble y clásico de la salsa blanca, también sumamos una cucharadita de mostaza y seguimos revolviendo para integrar.
El paso siguiente es sumar el pollo que cocinamos antes, mezclar muy bien para integrarlo y apagar el fuego para que se entibie el relleno.
Cuando el relleno ya este frio comenzamos a preparar las tartas. Dividimos la preparación en dos, colocamos una parte en una de las láminas de masa, solo cubrimos la mitad y es importante no llegar a los bordes. La doblamos para taparla y hacemos un repulgue por los costados.
Hacemos el mismo procedimiento con la otra masa, solo que a esta le pondremos un poco de queso rallado y luego la cerraremos. Podes hacer repulgue o para diferenciarla, podes aplastar los bordes con un tenedor.
Una vez que ambas tartas están listas las pinchamos por arriba con un tenedor, esto hará que salga el vapor del relleno y no se inflen. Por supuesto que una tarta tiene que estar pincelada con huevo, asique batimos muy bien un huevo y con un pincel o una cuchara cubrimos ambas masas por arriba para que queden bien doradas y crocantes.
Las pasamos a una fuente o placa para horno cubierta con papel manteca y horneamos en un horno precalentado a 200°C por 20 minutos o hasta que la masa este cocida y dorada.
Una vez lista la cocción, retiramos del horno, dejamos enfriar unos minutos y servimos. En mi caso, la preparación rindió 8 porciones abundantes, lo que hace a esta receta ideal para compartir.