Si soñás con llenar tu hogar de vida, color y un toque exótico, la Aphelandra squarrosa es la planta ideal para vos. Conocida popularmente como Afelandra o Planta cebra, esta maravilla de origen sudamericano —especialmente de Brasil— despliega un follaje exuberante y unas flores deslumbrantes que la convierten en una protagonista indiscutida de cualquier rincón.
¿Lo mejor? Esta planta es perfecta para interiores con poca luz y suma un aire de sofisticación sin esfuerzo.
¿Por qué todos aman la Aphelandra squarrosa?
Sus hojas son un espectáculo visual: verde oscuro brillante, con nervaduras blancas que le dan su look “cebra” tan original.
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Flores que brillan con luz propia: espigas amarillas de forma tubular rodeadas de brácteas cerosas. ¡Y duran semanas!
Versátil y ornamental: podés usarla como centro de mesa o protagonista en ese rincón apagado que pide vida.
Guía esencial para mantener tu Aphelandra siempre radiante
Luz y temperatura: Ubicala cerca de una ventana orientada al este u oeste, con luz abundante pero sin sol directo. Le encanta el calor suave entre 15 y 25 °C.
Riego y humedad: Mantené el sustrato húmedo (sin encharcar) y rociá sus hojas con agua sin cal cada dos o tres días. En invierno, reducí el riego.
Abono: En verano, mimá a tu planta con fertilizante cada 15 días. En invierno, dejala descansar.
Suelo y trasplante: Usá tierra bien drenada con arena gruesa, mantillo de hojas y turba. Trasplantá cada dos años si sus raíces asoman por la maceta.
Poda y estética: Después de la floración, cortá flores marchitas y tallos débiles. También podá las puntas para mantener un porte compacto y armonioso.
Plagas bajo control: Revisá si aparecen cochinillas o pulgones y combatilos con un poco de alcohol o insecticida suave.
Una planta, mil razones para enamorarse
Con sus colores vivos, sus formas sofisticadas y su elegancia tropical, la Aphelandra squarrosa no es solo una planta: es una obra de arte viviente que transformará tu hogar. ¡Animate a incorporarla y convertí cada ambiente en un oasis botánico!